●Capítulo 56●

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Mis dedos se encontraban jugando con los cubiertos que estaban en la mesa,no sabía qué hacer con las altas ganas de irme.
-¿Desea algo más?-las 3 tazas de café no ayudaban bastante en la situación qué se aproximaba.
-Agua,sólo agua por favor-el chico asintió para meterse a la cocina,mi vista se dirigía hacia la gran ventana qué dejaba ver un poco la fachada de la empresa.
La puerta sonó y fue abierta por la persona qué menos quería volver a encontrarme,miré al techo pidiendo qué Dulce me perdoné.
-Sigues igual de guapo-sus labios se dirigían a los míos pero me alejé justo a tiempo.
-¿Qué quieres?-la seriedad qué mantenía hacia qué ella se divirtiera más.
-Oh bebé,no seas tan serio conmigo,ambos sabemos qué no estás en posición para ponerte así-era amenazante,de todas las veces qué la veía,esta vez era diferente.
-Paula,no lo volveré a repetir,¿qué quieres?-tenía unas ganas inmensas de largarme de ese lugar e irme muy lejos con Dulce.
-Ya lo sabes,te quiero a ti-sabia a la perfección lo que quería pero también necesitaba afirmarlo,su pequeña y divertida sonrisa apareció.
Me había preparado mentalmente para esto,sabía que al aceptar,los problemas acabarían para todos,pero también sabía que comenzarían mis problemas.
No tenía qué pensar más para dar una respuesta positiva y por supuesto firmar mi infierno.
-Esta bien-una vez más estaba cometiendo un error.
-Escuchame bien,te irás a vivir conmigo  y yo te daré el dinero suficiente para que la empresa no quede en quiebra-se qué es tarde para arrepentirse,su maldita sonrisa me producía mucho asco.
-No puedo dejar a Dulce,ella está esperando un hijo mío-sabia qué no le importaba que estuviera embarazada pero al menos quería hacerla entender de qué aceptaba pero aún así no podía simplemente alejarme de Dulce.
Su mirada se inundó de puro odió.
-Esta bien,te quedarás con ella,pero cuando nazca el bebé te irás conmigo-sinceramente me sorprendió lo qué había dicho,pero al ver cómo se acercaba a mí di por entendido qué eso no era todo.
-Una cosa más-sus dedos jugaban con mis mechones de cabello.-eres mío y por lo tanto harás lo que yo quiero-jodido infierno.
-Me tengo que ir-aleje sus manos de mi cabello para levantarme de aquella mesa y depositar un billete en la mesa.
-Espera-maldita sea.-olvidaste algo-deposite mis labios en su frente,no quiero besarla.
-Me voy-no dejé que hablara,salí de la cafetería con unas inmensas ganas de irme muy lejos y desaparecer.

-Dul...¿ya pensaste en lo qué te dije?-se preguntó la persona del otro lado de la línea telefónica.
La chica se encontraba pensando en la propuesta,no quería dar una respuesta muy a la ligera por qué sabía que no era muy fácil la decisión.
El ruido de la puerta hizo qué saliera de sus pensamientos,se escuchaba cómo unos pasos se dirigían hacia ella,su sorpresa fue grande al ver a Ucker temprano y con destrozo en sus ojos.
-Hablamos más tardé-colgó con cuidado el teléfono.
-¿Estás bien?-el chico se sentía horrible,no quería demostrar que todo iba mal,sus ganas de gritar qué todo estaba mal eran inmensas.
-Si,todo está bien-le otorgó un intentó de sonrisa sincera.
-¿Quieres comer?-preguntó con una preciosa sonrisa y mirada.
-No,gracias,sólo quiero descansar-se despidió con otro intentó de sonrisa,la chica veía cómo por un momento la sonrisa de él se quebró,no quería preguntarle más ya qué lo conocía y sabía perfectamente que no le diría nada.
El chico se dirigió a la habitación y se dejó caer en la cama,sin duda no sabía qué hacer con la estupidez qué iba a cometer.
Miraba el techo pensando qué después de hacer su plan,jamás recuperaría a Dulce y a su bebé.

-¿Quién eres?-preguntó con curiosidad al ver qué llegaba cómo si fuera su casa.
-Paula-su simple respuesta hizo que el hombre sacara su arma y apuntara a la chica.
-No seas idiota,soy la otra Paula-su mirada expresaba temor pero con un poco de enojó,el hombre bajó el arma.
-¿Qué quieres?-preguntó fastidiado por ser interrumpido por una chica que ni al caso.
-Quiero qué me hagas un pequeño favor-su sonrisa ladina desbordaba malicia.
-No hago favores,estoy fuera desde hace tiempo,así qué largo-el hombre se tiró al sofá con desinterés.
Sabía qué si insistía podría terminar muy mal,sólo era cuestión de conseguir a alguien más qué pudiera realizar esa tarea tan importante para ella.

-¿Estás bien?-preguntó con altas ganas de saber qué ocurría con él.
-Si,ya sabes,él trabajó cansa-le dolía mentirle pero no podía hacer nada.
Acaricio con delicadeza el suave rostro de la jóven,le daba paz siempre que estaba a su lado.

Se qué aún no terminó esta historia,una disculpa por eso,pero aún así estaré por aquí corrigiendo los capítulos.
Espero les siga gustando.

Un amor de mentira.(En edición)Where stories live. Discover now