WhatsApp | Ross Lynch

C. 80.

El brazo de ___________ impacta contra mi rostro, haciéndome despertarme de inmediato. Me siento en la cama y me froto los ojos, tratando de tener el mayor cuidado para no despertarla.

La siento moverse.
Y me hace reír.

Nunca antes había tenido el placer de dormir con ella toda una noche, hasta ahora. Y tal y como lo imaginaba, ____________ no puede dormir sin dejar de dar patadas por todos los lados.

No me incómoda.
Tan solo es un tanto doloroso.

-¿Ross?

Volteo hacia mi llamado.
Sus ojos están entre cerrados, hace un sumo esfuerzo por sentarse para luego frotarselos.
Me acerco hacia ella, con algo de temor.

¿Seguiría enojada conmigo?

-¿Cómo te sientes?

Le pregunto intentando no tocar el tema de Kimmy. Ella ladea la cabeza de un lado a otro, suspiro. Llevo mis manos hacia su cuello y lo acaricio.

-Me duele un poco la cabeza- suspira- ¿Dónde estamos?

-Seguimos en la casa de Marcus- hago una mueca, colocando mi cuerpo más cerca del de ella- ¿Quieres una pastilla para tu dolor? Marcus me dió algunas antes de que fuese a dormir.

Ella niega.
Pasando sus manos por toda esta.
Se nota que esta un poco desorientada, y quizá ni siquiera recuerde todo el escándalo que hizo antes de quedarse dormida.

-¿Te drogaste?

Le pregunto.
Intentando sonar para nada enojado.
Ella vuelve a ladear la cabeza.

-No lo sé- suspira- Sólo recuerdo que Leonard me dijo que lamiera su dedo, y tomé más vodka...

Ruedo los ojos.
Jodido Leonard.
Suspiro, una y otra vez.
Controlando mis ganas de gritarle a _____________, y también las ganas que tengo de ir hacia la jodida casa de Leonard y molerlo a golpes.

Siento su mano sobre la mía.
Y eso me hace sentir muy bien.
Realmente bien.

-¿Estás enojado conmigo?

Pregunta.
Mirándome a los ojos con aquella mirada tierna de cachorrito.

-No- suspiro- Bueno, algo- le beso la frente, sus manos viajan hacia mi pecho- No debes de hacerle caso a Leonard en nada, además ¿por qué demonios lamiste su dedo?

_____________ suspira.
Volviendo a lanzarse hacia la cama.

-No lo sé- ríe- Estaba enojada porque ví a Kimmy tocar tu zona prohibida.

Diablos.
Si lo recuerda.
Trago saliva.
Rogando interiormente por no comenzar a discutir otra vez.

-Se iba a caer a la piscina.

Ella asiente.
No muy convencida, pero me demuestra tranquilidad.

-No te preocupes- conecta su mirada con la mía- Ella tiene otras intensiones contigo Ross, pero de todas formas, no debí desquitarme de esa forma contigo.

Frunzo el ceño.
¿Qué demonios le pasa?
Esta no es mi _____________.

Normalmente mi ____________ habría abierto los ojos a tope y hubiese comenzado a gritarme acusandome de querer algo con Kimmy.

-¿Estás bien?

Asiente.
Tranquila.

-Pero no me arrepiento de haberla puesto en su sitio- río. Recordando aquella perfecta escena en la que mi novia lanzó a Kimmy al suelo.

Al recordad aquella escena, reviso su cuello.
Hay una perfecta línea roja en este, producto de las uñas de Kimmy.

-¿Tus padres no te dirán nada por eso?

Señalo su cuello.
Ella niega.

-Usaré cuellos largos- sonríe, transmitiendo una perfecta paz en mi interior- Ven aquí.

Extiende sus brazos.
Voy hacia ella sin siquiera pensarlo dos veces y coloco mi cabeza sobre sus pechos.

Ella me abraza, me acaricia el cuello en ese acto tan lindo.

-¿Sabes?- pregunto- Honestamente creí que a penas te despertarás ibamos a discutir más.

Ella ríe.

-Ya no quiero discutir contigo- siento sus labios empujando mi cabello, dejándome un pequeño beso en la cabeza- Prefiero estar así.

-Y yo- llevo mis brazos hacia su cintura, y la acuno entre estos- A pesar de eso, eres una loca ______________.

Vuelve a reír.
Una perfecta melodía para mis oídos.

-Y tú un celoso.

No puedo evitar no soltar una carcajada.

-¿Celoso? ¿Yo?- pregunto- Admito que sí, lo soy, pero señorita, usted es la más problemática.

-Claro que no- vuelve a besarme la cabeza- Tú te peleaste con Leonard el primer día de clases.

Río.
Recordando aquel momento.
Jamás pensé que llegaría a pelearme a golpes con alguien en un primer día de clases, y menos aún si considero que estaba en una institución completamente nueva para mí.

-Se lo merecía- sonrío, divertido- ¿Y sabes qué me merezco yo?

-¿Qué?

-Que termines lo que iniciaste hace horas.

Volteo mi cabeza para poder mirarla.
Sus mejillas están sonrojadas.
Pero a pesar de ello, hay una sonrisa que adorna su precioso rostro.

-No sé a qué te refieres.

Río.

-Me hiciste una felación, cuando estaba por correrme, decidiste parar e irte diciendo algo sobre Kimmy.

Ella ríe.
Posiciona las manos sobre mi cuello, y tira de este para poder llevar mi rostro hacia el suyo.

La beso.
Tratando de no aplastarla con mi cuerpo.
Sus manos rasguñan mi cuello de una manera deliciosa, causando un terrible efecto en mi parte baja. Y ella parece ser conciente de esto.

-¿Estás excitado?

Pregunta, alejando su rostro de mí.
Sonríe.

-Sí- respondo. Con normalidad- Es todo lo que causas cariño.

Ella gime.
Poniéndome más duro.

-No haré nada aquí- sonríe- Marcus siempre me ha dado miedo.

Gruño.
Mirando hacia la puerta.

-Pero no esta aquí...

-Pero podría entrar o escucharnos- susurra, colocando su mano sobre mis labios- ¿Crees que podamos hacerlo mañana en mi casa? Te tengo una sorpresa.

Frunzo el ceño.

-¿Una sorpresa?- sonrío a pesar de mi confusión- ¿Qué es?

-Es una sorpresa.

Vuelve a besarme.
Y le correspondo.
Sintiendo que soy el hombre más afortunado de todo este jodido planeta.

Coloco mis manos sobre su rostro y lo acaricio con delicadeza, alejando mi cuerpo de el de ella, para que así se pueda calmar mi erección.

-¿Te puedo hacer una pregunta?

Asiento.
Recostándome al lado de ella, sin dejar de tocar su rostro, admirando cada partícula de su rostro.

-¿Extrañas Colorado?

Me relamo los labios.
Ni siquiera había tenido el tiempo de pensarlo...
Sin duda alguna extraño a mis hermanos, a mis padres y a mis amigos pero... juro que cuando la veo a los ojos y beso sus labios, siento como si nunca me hubiese ido de casa.

Niego con la cabeza.

-Siento que lo tengo todo estando a tu lado ____________.