Capítulo 39 Parte 2

Start from the beginning
                                    

A veces quisiera volver a ser niño, donde todo es alegría, no había sentimientos, tener la sensación de que todo está bien y no preocuparme por nada. No enterarme del mundo real...eso era vida.

<<Sarah>> susurre en mi mente.

La extrañaba, y vaya que sí, era increíble como una sola persona puede marcar tu vida con tan solo marcharse. Para mí era devastador el primer día que la vi en la camilla de aquel hospital; a mamá llorando por la uncía hija que había traído al mundo y a papá, por su pequeña. Incluso recuerdo que yo por mi cuenta me decía en las noches que no todo era un mal sueño a la hora de ir a dormir, lloraba y en la escuela era igual: ojos rojos, nariz igual y cara triste. No sé cuándo empezó todo a derrumbarse en mi vida, pero la vez que más remarco mis memorias fue en la secundaria, cuando estaba muy de moda el abuso entre estudiantes. Me habían llamado llorón por siempre estar afligido, y ese mismo día fue mi primera pelea; por que unos tipos querían saber lo que me pasaba. Yo no quería que nadie supiera lo mal que me sentía al haber matado a mi hermana con mis propias fuerzas y manos, no es que quisiera hacerlo, pero el sentimiento de culpa y remordimiento aún estaba ahí. Entonces me dije que cambiaría mi actitud: seria frio y así nadie podría adivinar lo mal que me sentía, que alejaría a toda la gente para no querer a nadie y que al irse no me doliera, porque honestamente, cuando Sarah se fue, el vacío que dejo en mi...lo odie, y rogué porque nunca volviera. Pero luego llego el padre de Rebeca como nuevo orientador, y empezó a querer que hablara de mis problemas con él. Me negué, pero en protesta le rete a que él me contara los suyos, sorprendentemente lo hizo: Su esposa se divorció de él, su hija no estaba, cayo en el vicio del alcohol y se sentía acabado. Llego a contarme muchas vivencias de él a pesar de que yo no contaba nada, y parecía que no prestaba interés en su hablar, pero era todo lo contrario, yo nunca pude dejar de pensar en su hija, a quien antes no conocía su nombre, y no por interés, si no que por todo lo que me decía de ella, parecía que Rebeca era alguien a quien yo debería de tenerle pena, alguien que estaba destrozada y no sabía ocultar como se sentía por todo lo que le faltaba, la creí débil. Pero cuando llego aquí, a Sídney fue lo primero que vi, a ella y su padre, torpe al inicio. No quería a alguien débil en mi vida, pero luego llego a infiltrarse demasiado en mi mente, y no dejarme pensar el cómo haría ella para sonreír todos los días a pesar de que yo sabía algunos de sus problemas a base de cuentos. Ella me ignoro por un tiempo y por la forma en la que poco le importo, me gusto. No era débil, ella era...intocable.

—¿Dylan? —la dulce voz de Rebeca me hizo girar a verla—¿Está todo bien?— preguntó aunque yo no demostraba nada de nostalgia. Pero Rebeca me conocía tan bien que sabía lo que sentía aun sin hablar.

—Si—dije.

Mis ojos viajaron a su vestimenta, realmente todo le quedaba bien aunque no vistiera cosas de lujo. Pero ella era hermosa aun así con playera negra, sus shorts y medias por debajo.

—¿Dónde estabas? —preguntó acercándose a mi mientras secaba su cabello con una toalla de baño.

—Hablando con mis padres... —soné algo incómodo. Suspire—¿Sigues nerviosa? —trate de cambiar de tema con una sonrisa de lado.

Rebeca soltó una bocada de aire, algo nerviosa.

—Todavía, ¿eh? —bese su frente rapidemtne—No te pongas así, ellos son padres como todos.

—Pero y si me odian.

Me reí.

—Qué más da—ella me golpeo el brazo—Es verdad, no me importa si no te aprueban—dije y la chica de cabello castaño chocolate frunció el ceño, entrecerrando sus ojos verdes hacia mí, por lo que rodé los ojos.

—Qué lindo eres con quien te trajo al mundo. —se burló de mí, hablando con su típico asentó proveniente de su habla común. Después de todo ella venia de Puerto Vallarta y yo nací en Sídney.

—Creo que tú eres la persona menos indicada para decirme eso.

Rebeca me miro con derrota. Rayos, había hablado sin pensar, siempre es así. Al final termino alejando a las personas.

Ella salió fuera de la habitación, dejando la tolla húmeda por su cabello encima de mi cama. Pensé en dejarla ir, pero la quería demasiado como para hacer eso, así que camine detrás de ella y lo que vi me hizo trizas. Ahora mi novia lloraba y era por mi culpa.

—Linda—Le llame y me acerque a ella con cuidado de que no se alejara. Me senté al extremo contrario de donde ella estaba: un sillón. Estire una de mis manos para tirar de su tobillo y poder abrazarla en el momento que llego al frente mío. Ella no correspondido—Lo siento—me disculpe y fui sincero—A veces no pienso lo que digo.

Rebeca negó con la cabeza.

—No es por ti—esta vez me abrazo—Sé que eres así, pero es por mi padre—sorbió de su nariz—Ni siquiera me ha llamado como para decirme si estoy bien o si le preocupo. Tampoco ha ido a la escuela y...no sé.


—Tranquila—susurre en su oído. Y pude sentir como ella soltaba un suspiro tembloroso, tratando de hacer caso a mi petición.


Intocable ➳ DO'B©Where stories live. Discover now