Anillo de compromiso

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—Es una casa muy grande —dijo el chico, aunque por su tono no parecía estar muy convencido.

Las puertas del ascensor se abrieron y pasaron al interior. ZhanZhan nunca se había percatado de lo pequeños que eran los ascensores hasta que se vio compartiendo uno con Wang Yibo, quien llenaba cualquier espacio con su imponente presencia. No solo por su metro setenta y algo de estatura y anchos hombros, sino también por el carisma y energía que irradiaba. Tan inalcanzable y desinteresado se mostraba que Zhan sentía el irrefrenable deseo de llamar su atención, de despertar su interés, de hacerlo sonreír...

Se le daba bien hacer reír y sonreír a la gente y aliviar la tensión con chistes y bromas. Pero por lo visto no había aprendido la lección sobre los hombres inalcanzables. A punto estuvo de hacer una broma, pero entonces sus miradas se encontraron y el aire abandonó sus pulmones. Los profundos ojos de Yibo lo recorrieron de arriba abajo, haciéndole pensar en el diálogo de la noche anterior...

¿Qué otras cosas me enseñarás a apreciar?

Oh, no, no, no. De ninguna manera iba a seguir por ese camino. Nunca lo había hecho y no iba a empezar en esos momentos. Además, Yibo podría tener a cualquier persona que deseara.

¿Por qué iba a sentir atracción por él y su pequeño tatuaje?

Había crecido en un pueblo pequeño donde todos se conocían. Todos los chicos sabían que hablaba demasiado y que tenía una incontrolable tendencia a las carcajadas histriónicas y que le había cortado la lengua a una chica con sus aparatos en su primer beso. Sabían que había sido el blanco de todas las bromas en la escuela, que apenas había conseguido graduarse y que sus padres no habían querido pagarle la universidad al ver que no se aplicaba en los estudios. Le habían buscado un trabajo en una cafetería en vez de mandarlo a estudiar, como todos sus compañeros.

Desde el jardín infantil hasta convertirse en un adolescente todos lo habían visto como una persona torpe y atolondrada.
Era como vivir en una pecera y encima tener una aleta rota. Nada que ver con su hermana, que siempre había destacado en los estudios, ni como su hermano, una estrella ídolo en ascenso.

El solo era Xiao Zhan. Un logro patético, pero así lo había aceptado durante toda su vida. Mejor hacer honor a la imagen que los demás tenían de él que intentar ser otra persona.
Hasta que llegó un momento en que no pudo seguir soportándolo. Estaba sirviendo el vigésimo café del día cuando el cliente le preguntó por su hermana en vez de interesarse por él. 
Una semana después se había marchado. Necesitaba comenzar de cero en otro lugar donde nadie lo conociera y descubrir quién era realmente, aparte del joven fome e inadaptado que siempre había sido.

No fue un cambio repentino, pero al menos consiguió hacer nuevas amistades y encontró un empleo en Wang&Tuan, lo que lo hizo sentirse orgulloso por primera vez en su vida. Habían visto que tenía talento y lo habían contratado sin tener en cuenta su expediente académico.

En Wang&Tuan, y con Yibo, sintió por primera vez que creían en él.

Extraño.

Miró de reojo al menor, tan alto y rígido con aquel smokin ceñido a su figura. Yibo siempre iba impecable, y Zhan envidiaba aquella perfección, elegancia y dominio sobre sí mismo. Era un hombre arrebatadoramente varonil, de rasgos duros y atractivos, y Xiao Zhan deseaba tanto que lo mirase como lo miraba él.

Las puertas se abrieron y salieron a la calle. Había un auto negro esperándolos junto a la acera. Wang Yibo abrió la puerta trasera y el mayor se acomodó en el interior. Nunca se había montado en un auto con chófer. Ni siquiera en un taxi. Siempre iba a todas partes en su viejo y abollado vehículo.

—Será agradable no pelearse con el tráfico para variar —comentó cuando Yibo se sentó junto a él.

—Mmm —se limitó a murmurar el menor, antes de sacar su celular y concentrarse en sus mensajes.

Típico de Wang Yibo.

Xiao Zhan se miró la mano izquierda y el dedo anular, aún desnudo.

—¿No que ibas a darme un anillo?

Wang dejó de ver la pantalla del celular y lo miró.

—Sí, ¿pero por qué quieres arruinar la sorpresa?

—Porque no es una sorpresa Yibo.

—Quizá tuviera algo planeado Zhan-Ge...

El mayor no creía que lo dijera en serio, pero con Wang era difícil saberlo. De todos modos, no pudo evitar imaginarse cómo sería que un hombre como aquel se pusiera de rodillas, lo mirase fijamente a los ojos y....

—¿El anillo? —extendió la mano e intentó empujar la fantasía al fondo de su mente. Jamás recibiría una proposición de ensueño.

Yibo sacó un estuche aterciopelado del bolsillo interior de su chaqueta.

—¿Xiao Zhan, quieres ser mi esposo, etc, etc? —abrió el estuche para mostrar un anillo en forma de diadema rodeada por unos rubis y diamantes.

—Vaya... —imposible no quedarse anonadado ante un anillo semejante—. ¿Cómo sabías que me gustaba el rojo?

—Por tu entorno y tu adorable tatuaje —ironizó el menor.

—Oh...

—Pensé que encajaría contigo. No parece que los colores apagados sean lo tuyo.

—Pues... no, no mucho.

—Póntelo.

—¿Qué? Ah, sí —miró el anillo y sintió que se le encogía el pecho.
¿De verdad iba a hacerlo? ¿Iba a ponerse aquel anillo y asumir las consecuencias?

Sí. Sí, iba a hacerlo. Nunca había estado más seguro de nada. Nunca había tenido un propósito tan claro en la vida. Quería y debía ser el mejor padre que MeiLing pudiera tener.

Respiró profundamente y tomó el anillo para deslizárselo en su dedo anular.

—Listo. Ya estamos comprometidos.

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Hello people!❤️
Mil disculpas por mi ausencia con los otros fanfic, pero he estado muy ocupada con unos trabajos en casa, que solo he podido avanzar en esta historia que está prácticamente hecha 😁✌️💕

Cariños y espero actualizar pronto.

Sin más me despido ❤️😷

Regalo visual

💫Hermoso edit fanart💫

Un Amor Declarado y PersonalWhere stories live. Discover now