-Es niña.

La familia estalló en vítores y reclamos de que algunos tenían la razón, dinero de mano en mano y felicitaciones al nuevo padre.

-Estoy tan feliz por ustedes, Ron -dijo Annie abrazando fuertemente al pelirrojo.

-¡Tienen que verla, chicos! -exclamó Ron con sus ojos brillando.

-Averiguaré en dónde estarán Daphne y la bebé -dijo Issa desapareciendo por el pasillo.

-Es.. estaba tan asustado y Daphne no paraba de gritar y maldecirme por haber nacido -balbuceó Ron poniéndose pálido de nuevo al recordar todo lo que su novia le había gritado ahí dentro.

-Es normal -alegó Bill y Fred asintió dándole una mirada de reojo a su esposa-. A mi Fleur me dijo que..

-No es necesario decirlo, William -dijo la francesa sonrojándose.

-Lo que te espera, Harry -dijeron los tres hombres. Annie se cruzó de brazos y el azabache les dio una pequeña sonrisa nerviosa.

-¡Nos vamos desocupando! -dijo la voz agitada de Hermione llegando hasta ahí con Theo a su lado, jadeando. Parecía que habían corrido hasta ahí.

-¿Ya nació? -preguntó.

-Es una niña -dijo Annie sonriendo. Hermione alzó los brazos en señal de victoria y le extendió una mano a Theo. Este refunfuñó y le pasó unos galeones.

-Tío Harry.. -la voz de Victoire llamó la atención del azabache. Miró hacia abajó, ya que la pequeña rubia estaba en su regazo sin querer separarse de él.

-¿Qué pasa, Vic?

-Quiero chocolate.

Harry rió por lo bajo y recordó que antes de venir, Annie tenía antojo de un chocolate caliente.

-Vamos por uno. Apuesto que tu tía Annie también quiere -dijo el azabache levantándose y tomando la mano de la pequeña rubia, dirigiéndose a sus padres- llevaré a Vic a dar una vuelta.

-Suerte -dijo Bill recibiendo un golpe de Fleur. Harry besó a Annie y ambos desaparecieron por el pasillo.

-Se llevan a tu hombre, Annie -se burló Theo. La castaña rodó los ojos con diversión.

-Mientras sea Victoire no me quejaré.

-Deberías sentarte, cariño -dijo Molly levantándose de su asiento.

-Estoy bien -aseguró Annie.

-Siéntate aquí, Annita -dijo George levantándose de su asiento. Annie suspiró y tomó el lugar que le dio el pelirrojo. Se retorció entre risas cuando sintió como George masajeaba sus hombros.

-¿Cómo va mi sobrino? -preguntó este.

-Es muy antojadizo -dijo Annie divertida y suspirando por el masaje que relajaba sus músculos-. ¿Cómo está Lee?

-Estamos bien. Él se quedó en la tienda, dijo que cuando cerrara vendría.

El pelirrojo se quedó en silencio por unos minutos. Estaba debatiéndose internamente si contarle a la chica lo que Lee y él estaban haciendo. Sólo Fred lo sabía, pero estaba tan emocionado que tenía que contárselo a alguien. Y confiaba en Annie.

-Annie, ¿podemos hablar?

La castaña frunció el ceño confundida pero asintió y se levantó para seguir a George a un lugar alejado. Cuando estuvieron a buena distancia, el pelirrojo colocó un hechizo de privacidad, lo que aumentó la curiosidad de Annie.

Annie's extras: Bright yearsWhere stories live. Discover now