Capítulo 2: Jeremy

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Jeremy " 

Empezé a andar para poder llegar a tiempo, aunque gracias al idiota de Oliver no creo que fuese capaz. 

Narra Oliver

¿¡ Me ha amenazado!? Esta prima mía cada vez está peor.  Entonces escuché a alguien que gritaba mi nombre sacándome de mis pensamientos. 

- ¡ Oliver, vienes o qué! 

- ¡ Voy ! ¿ Llevo algo para comer?

- Vale, traete unas palomitas. 

Andé hasta la cocina, me acerqué hasta un armarito que estaba anclado a la pared; lo abrí y cogí el paquete de palomitas que compraron el otro día en el Mercadona. Saqué la bolsita del paquete y la metí en el microondas y lo puse a 3 minutos. 

Fuí a la nevera, la abrí y cogí la botella de Coca-Cola; la cerré y me percaté en la foto que estaba sujeta con un imán. En la foto aparecía una niña pequeña junto a un niño de su misma edad, como mucho tendrían unos 6 años. La cogí y en la parte de atrás ví que tenía escrito: "Gracias por haberme dado la felicidad - Mamá" . Entonces me dí cuenta de que eran Kate y Ryan. Se les veían muy felices... No pude examinarla por más tiempo, porque el pítido del microondas me despertó de mis pensamientos. Dejé la foto otra vez sujeta en la nevera y cogí un cuenco para echar las palomitas, saqué la bolsa del microondas con cuidado para evitar quemarme y las eché en el cuenco. Después fuí a por la botella y los vasos y me dirigí rápidamente a la habitación de Ryan dispuesto a machacarle al Call Of Dutty  de una vez por todas. 

Narra Kate 

Nada más verla con esa blusa azul oscuro que le regalé, mis ojos se empezaron a llenar de agua que dentro de poco acabaría rozando mis mejillas. 

- ¡Kate! - dijo Cloe acercándose rápidamente hacia mi con los brazos extendidos dispuesta a abrazarme. 

- ¡ Cloe!- dije entrecortadamente por las ganas inmesas que tenía de llorar al verla con esa sonrisa que me encantaba. 

- Kate, nena, ¿ por-

No le dió tiempo a decir nada más porque enseguida estaba entre sus brazos llorando desconsoladamente como si no hubiera mañana. De repente sentí como su suave mano me rozaba la cabeza en señal de tranquilizad. 

Pasado un rato, cuando ya me sentía con fuerzas para contárselo me separé despacio y nada mas ver su cara de preocupación sonreí 

- Nena, ¿ qué te pasa? me tienes muy preocupada. 

- Verás ... - dije mientras me secaba las lágrimas con un pañuelo que me habia tendido mi amiga-¿ Te acuerdas que el trabajo de mi padre no iba demasiado bien? 

- Sí- asintió 

- Pues bien, hoy por la mañana me llamó mi madre y me contó que habían trasladado a mi padre a Francia por el trabajo. Me dijo que en menos de un mes nos tendríamos que ir 

- ¡¿NOS?! - dijo Cloe, que todo eso le calló como un jarro de agua fría a la cabeza. 

- Sí, Cloe, nos. Mi madre me dijo que estaría bien que nos diera el aire una temporada, después de todo lo que les pasó. 

- Puff.. Vaya tía... La verdad es que no se que decir, todo esto me a venido tan de repente que... 

- Lose, pero eres a la primera persona que se lo e contado, no podía ir contando esto por ahí. 

- Ya.. eso es verdad. Pero aún así sinceramente creo que tu madre tiene razón, pese a que me duela mucho estar tan lejos creo que después de todo lo que habeis pasado es bueno un cambio de aires - dijo Cloe aunque la veía poco convencida, pero ella misma veía que no podía hacer nada para impedirlo. - Además ya son 17 años los que llevais aquí, no creo que os vaya a ir tan mal además así tengo una buena excusa para ir a Francia ¡que siempre e soñado con ir! 

- Pues claro boba, te tendré reservada una habitación solo para tí. 

Dicho esto nos empezamos a reir como niñas de 5 años. He pasado tantos momentos con Cloe que para mí es como la hermana que nunca tuve. Creo que va a ser la persona que más voy a extrañar cuando me vaya. 

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Ya eran las ocho de la noche y decidí que era hora de volver a casa. Me despedí de Cloe con un fuerte abrazo y un beso enorme. 

Cuando llegué abrí la puerta y ese olor tan familiar me impregnó la nariz, dejándome saborear un olor especial. Cerré la puerta y me acerqué a la cocina para ver quienes estaban cocinando porque se oía mucho alboroto. 

- Hola ¡ Mmmmm... que bien hue-

Dicho esto volvieron a mi mente una multidud de recuerdos que había dejado atrás hace mucho tiempo. " ¡ no puede ser! 

- ¡Jeremy! 

En los ojos de ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora