9_Un dia

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Resumen: es el día de la boda de Roger y la tuya y estás un poco estresada.

















– No, por favor mamá, quédate ahí. Estoy segura de que papá te hará compañía. Si, todo el personal del hotel habla inglés. Esta bien, adiós– dije, colgando el teléfono. Deje escapar un gemido y me tiré de nuevo a la cama, me paso las manos por la cara con estrés y simplemente me quedo allí.

Era el 13 de junio, el día en que todos habían aterrizado en París y mí último día como mujer soltera entes de casarme con Roger Taylor. En lugar de salir con mis amigos, tomar una copa antes de casarme, estaba sentada sola en mí habitación de hotel estresada por todo los preparativos de la boda. Me dijeron que todo habían sido atendidos pero, por supuesto, ese no fue el caso y me dejaron ordenar todo.

Antes de que tuviera la oportunidad de respirar, alguien llamó a la puerta. Suspiro, arrastrándome de la cama y respondiendo a quienquiera que estuviera allí. Abrí la puerta para ver a los padres de Roger.

– Hola señor y señora Taylor, Roger no está aquí en este momento– digo, dándoles una pequeña sonrisa.

– No queríamos a Roger, cariño. Te queríamos a ti. Mañana, ¿podrías cambiar el plan de asientos para no sentarnos con mí hermana?– pregunta mientras su esposo le frota el brazo. Esta fue la quinta persona que vino hoy a verme para un cambio de el plan de asientos y me estoy cansando de eso en este momento. Parpadeo un par de veces antes de contestar.

– Seguro, ¿es esta la tía Margaret o la tía Maureen?– interrogué, volviendo rápidamente a la habitación del hotel y agarrando la carpeta de la boda antes de regresar con mis futuros suegros. Encuentro la pestaña marcada " plano de asientos" y encuentro la página correcta.

– tía Maureen– responde la madre de Roger con disgusto sacudiendo la cabeza. El padre de Roger le da una palmada en el brazo a su esposa como para calmarla de estallar de horror. Asiento con la cabeza, busco a Maureen con el dedo y escribo en la página y la cambio para adaptarla a las necesidades de la mujer.

–¿Qué tal si pongo a mis padres contigo?– pregunto, levantando la cabeza. La madre de Roger vuelve a tirar de su cara, lo que me hace agarrar el bolígrafo un poco más fuerte que antes.

– Querida, te amo, pero tus padres son demasiado parlanchines para mí gusto – dice, estirando los labios en una delgada línea.

– Bien, ¿qué hay de mí hermana y su esposo?– aprieto los dientes con fuerza debido a la ira de la pareja frente a mí, que es exigente y va en contra de mis padres como lo hicieron.

– Encantadora, nunca conocí a tu hermana. Muchas gracias – dice la madre de Roger, mientras ella y su esposo me hace señas mientras pasan por le pasillo. Sonrió sarcásticamente después de ellos antes de dar un paso atrás y golpear la puerta de mí habitación de hotel. Gimo en voz alta, arrojando mí carpeta sobre la mesita de noche.

Antes de que pudiera siquiera comprender lo que  iba a hacer a continuación, hubo otro golpe en la puerta, agarro mí cuero cabelludo, tirando de mí cabello.

–¡No voy a cambiar el plan de asientos de nuevo!– grito mientras voy a abrir la puerta. Me tambaleó hacia atrás cuando veo a Roger parado allí con un ramo de flores en la mano. 

–¿No iba a pedir que eso cambiara?– dice confundido, mirando dentro de mí habitación antes de mirar arriba y abajo del pasillo. Me quejo, dejando que mí cuerpo se relaje contra el marco de la puerta.  

– Lo siento, me estoy estresando un poco por lo de mañana– confieso, sonriendo tristemente. El labio inferior de Roger sobresale y me sonríe con simpatía, lanza sus flores hacia mí. 

– Ojalá te quiten el estrés– dice con esperanza, esperando a que se las quité antes de que se haga a un lado y pase a mí lado hacia la habitación del hotel. Cierro los ojos, olfateando las flores antes de que yo también vuelva a entrar. Me vuelvo para ver a Roger sentado en la cama, mirando en la carpeta de boda, niega con la cabeza mientras mira a través.

– Este plan de asientos es un desastre. No es culpa tuya, es solo la cantidad de veces que has tenido que cambiarlo– me dice, mirándome. Me río un poco, colocando las flores en un jarrón de vidrio en el alféizar de la ventana. 

– Primero fueron tus primos, luego mí hermano y su novia, y tus padres acaban de venir a pedirme que cambié de lugar a tu tía Maureen– explicó dejando caer mí cuerpo sobre la cama, así que me acosté. Roger se ríe en voz baja para si mismo, hojeando los planos. 

La habitación quedó en silencio por un momento mientras Roger leía la carpeta y yo cerraba los ojos, tratando de calmarme. Sin previo aviso, sentí los cálidos labios de Roger sobre los míos. Mis ojos se abren temporalmente,sin embargo, pronto se cierran de nuevo cuando me derrito en el beso. La mano grande de rog viene a acunar mí cara y mis manos se abren camino desde su pecho ligeramente expuesto hasta la parte posterior de su cuello. Mis dedos se retorcieron en sus deliciosos mechones rubios y sus labios se desconectaron de los míos para poder dejar escapar un gemido. Me río con un leve triunfo y acerco nuestros labios una vez más.

– No puedo esperar hasta que seas mí esposa– murmura, su voz entrecortada y sus labios bajan hasta mí cuello, mariposas estallan en mí estomago cuando dice eso y una gran sonrisa automáticamente viene a mí rostro.

Aunque lo estaba disfrutando, agarro la cara de Roger y lo jalo hacia mi. Mis manos permanecieron ahuecadas en sus mejillas y simplemente miré los rasgos de su rostro. Sus orbes azules brillaban cuando me miró su cabello rubio, pequeñas gotas de sudor comenzaron a formarse en su piel inmaculada y brillante.

–¿Qué?– respiró, examinando mis rasgos, mí cabeza tiembla mientras me río para mis adentros.

– Nada, solo te amo mucho– susurro levantando mí cabeza y presionando suavemente mis labios contra los suyos.

– Bueno, eso no fue cursi en absoluto. Vamos cariño guarda un poco para la ceremonia– dijo Roger, dejo escapar una carcajada y él se une, relajando su cuerpo un poco contra el mío. Mis risitas se calman y vuelvo a mirar a mi prometido.

– Sabes, tenemos algo de tiempo antes de que nos reunamos con los chicos y sus esposas para cenar– digo, pasando mis dedos de puntillas por el pecho de rog y desabrochándole uno de los botones de la camisa.

– No tienes que decírmelo dos veces– instó, volteando estratégicamente nuestros cuerpos para que yo estuviera encima. Me río una vez más, inclinando mis labios hacia abajo para besar a mí prometido y pronto a ser esposo.

roger taylor oneshotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora