Borderline (Transtorno límite de la personalidad)

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4.- ALTERNAR ENTRE SUSPICACIA Y EXTREMA INGENUIDAD

Las personas borderline suelen actuar de formas muy diferentes. Es muy conocida su tendencia a oscilar entre los extremos. Lo mismo ocurre con la confianza; en momentos de estrés pueden desconfiar hasta límites inimaginables, llegando a rozar la paranoia y en momentos en los que se encuentran bien, pueden ser extremadamente ingenuos y confiar por completo en la primera persona que se cruza en su camino. No es raro que un paciente se lleve a un desconocido a su casa o a alguien que le dice estar pasando un mal momento y no tener adónde ir o que le facilite su dirección y llaves de casa para que se vayan a descansar un rato.

Esto en parte, tiene relación con su necesidad de mantener relaciones íntimas o tener amigos en los que confiar y a los que poder contar sus problemas, o simplemente dar la oportunidad que ellos no han tenido en algún momento de su vida en el que se han sentido abandonados.

Es muy frecuente que las personas con TLP acudan a consulta después de un nuevo desengaño o una estafa sintiéndose fatal por ser tan "idiotas" y “pensar que los demás pueden ser como yo".

<< Siempre hago lo mismo. Siempre pienso que los demás son como yo. Me desvivo por los demás, soy capaz de hacer cualquier cosa. He llegado a hacer cosas desagradables para complacer a los demás. Cuando conozco a una persona que parece estar sufriendo no puedo evitar intentar acabar con su sufrimiento. Me he llevado a vagabundos para casa a personas que decían no tener papeles y la mayoría de las veces el resultado ha sido pésimo, me han robado, maltratado e insultado. Lo más grave de todo es que sé que lo volveré a hacer. Si encuentro a alguien que sufre y no le ayudo y después resulta ser verdad y nadie le ayuda.....

Lo que más daño me hace es que se aprovechen de mi confianza y buena intención... cuando conocen mis puntos débiles siempre los acaban utilizando para hacerme daño. >>

5.- RECURRIR AL PENSAMIENTO MÁGICO

Muchas personas con este trastorno recurren a este tipo de pensamientos con frecuencia. Es como un sentimiento de "solo tengo que tener eso" para que todo vaya bien. Es decir, pensar que una persona, lugar, cosa, conducta o idea puede hacer que los problemas desaparezcan de forma instantánea o hacer que la persona se sienta feliz y/o segura. Los pensamientos mágicos más frecuentes suelen tener relación con que "otros arreglen su malestar". Por ejemplo, la persona con trastorno límite de personalidad puede pensar que lo único que necesita es a alguien que le acompañe o a alguien a quien dar todo ese cariño que tiene para dar, que sólo tiene que encontrar a la amiga de su vida o al compañero ideal. La persona "mágica" puede ser una persona conocida, alguien con quien conecta en un día de buen rollo, una persona que se encuentra por la calle desvalida y sin lugar adónde ir o alguien que le echa una mano en medio de algún follón nocturno.

Cualquier persona, cosa o situación adquiere un supuesto "poder" que es capaz de controlar su malestar. Ejemplos: “Si mi ex-pareja vuelve conmigo me pondré bien", "sólo necesito una persona que me quiera y me cure con su cariño", "si me compro otro vestido me encontraré mejor", "si me corto una vez más, será la última y dejaré de hacerlo".

 

6.- OTRAS CARACTERÍSTICAS DEL TRASTORNO LIMITE DE LA PERSONALIDAD

Además de lo anterior podemos hablar de un afecto variable, una "estable inestabilidad", conductas impulsivas, conductas autodestructivas y trastornos cognitivos o de percepción en determinados momentos de alta emotividad. Esto les puede llevar a sentir o pensar en formas parecidas a las siguientes:

Sentimientos de no ser querido o defectuoso: “Nadie me querría si me conociera de verdad”; “Nadie podría querer a alguien como yo”, "Si me conocen de verdad se darán cuenta de lo terrible que soy".

Sensación de inutilidad o de "no ser apto para": "No sé hacer nada bien", "Soy un completo desastre".

Sensación de dependencia: “No puedo valerme por mi mismo, necesito a alguien en quien apoyarme”; “Si no me acompañas, seguro que me sale mal”.

Sensación de ser ignorado, abandonado u olvidado: “Estaré solo, nadie estará ahí para mí”; “Si dejo de hacerme cortes, tengo miedo de que se olviden de mi”, "quién podría acordarse de llamar a alguien como yo".

Sensación de pérdida de control: “No me puedo controlar”; “Me dejé llevar, es algo que escapa a mi control”, "si me equivoco la habré fastidiado por completo".

Falta de confianza en uno mismo y/o en sus propias decisiones: “Si no hago lo que quieren los demás, me abandonarán o atacarán”; “Si le digo lo que pienso de verdad, pensará que soy un estúpido”.

Desconfianza o suspicacia en relación a otras personas: “Las personas me harán daño, atacarán o se aprovecharán de mí”; “Seguro que me trata bien porque quiere algo de mí”; “Me debo proteger de los demás”.

Terror a ser arrastrados, engañados o traicionados por sus emociones: “Debo controlar mis emociones o algo terrible ocurrirá”; “No le puedo demostrar lo mucho que me he alegrado de verle o no volverá”, "si sabe lo que siento de verdad pensará que estoy loco".

Autocastigo o Autosabotaje: “Soy una mala persona, merezco ser castigado”; “Si soy así de infeliz es porque me lo merezco”, “solo encuentro una explicación a este malestar que siento: yo me lo provoco, por lo tanto, merezco sufrir”.


Transtornos de la personallidadWhere stories live. Discover now