Wife

Capitulo 8: Joyas

-Perdona no quería asustarte –Robert sonrió

-No, es.. es solo que.. –Miro al suelo nerviosa -¿Mark no está?

-Se fue hace un rato –Robert cerro el frigorífico –Me dijo que te dijera que esta noche irán a una exposición de teatro.  Que este lista a las ocho.

-Ah, de acuerdo –Mireya  asinto

-¿Quieres que ordene a Marcela que te prepare el desayuno? –Robert frunció el ceño observándola

-No, yo…-y entonces ella sonrió –Voy a desayunar con una amiga

Y salió de la cocina rápidamente, atravesó la casa a toda prisa y nada más salir al exterior encontró a Gonzalo limpiando el coche.

-¿Puedes llevarme a un sitio? –Se acerco a él sonriendo

-Naturalmente –Gonzalo le abro la puerta trasera

-Pues vamos –y ella en lugar de entrar, abrió la puerta del copiloto, se subo y la cerro.

-Vamos –Gonzalo sonrió divertido y dio la vuelta al vehículo para subir.

Cuando se paro en la puerta de la cafetería, no pudo evitar sentir cierta nostalgia, escucho el pitido al abrirse esta y vio salir a dos chicas charlando animadamente. Un tiempo atrás ella habría sido una de ellas.

Abrió la puerta y cruzo esta, apenas dio unos pasos cuando encontró a quien buscaba. Con la falda y camisa rojas y el delantal blanco, con su pelo moreno recogido en una coleta y su amplia sonrisa atendiendo a los clientes.

-Aquí tiene, gracias –su voz cantarina resonó en la cafetería, entonces giro el rostro y la vio. Sus ojos se abrieron y su boca aun mas, y Mireya supo lo que venía ahora. -¡¡¡¡Ahhh!!!! ¡Mireya! –corrió por detrás de la barra hasta lograr salir de esta y se lanzo sobre ella -¡Estas aquí!

-Y medio barrio está también en la cafetería, deja de dar espectáculo Serena –Mireya la abrazo sonriendo, con el color inundando sus mejillas al ver que todos las miraban.

-Me alegro tanto de verte –Serena se aparto la miro y volvió a abrazarla, de nuevo se aparto y la miro emocionada –No te veo desde que te fuiste a ese…. Bueno ya sabes. ¿Es que no te dejan salir a ver a la familia? Porque yo soy como familia para ti. Voy todas las semanas a ver a tu hermana y ella me cuenta de ti. ¿Cómo te va? –la miro de arriba abajo –Uy, ya veo que bien. ¿Sabes que esa blusa que llevas probablemente el doble de mi sueldo? ¿Es un regalo de la bruja esa de Madame o es que…? ¿Un cliente? –la agarro del brazo y tiro hacia una de las mesas del fondo, mientras miraba hacia la barra -¡Tom me tomo diez minutos! –la empujo hacia una silla y se sentó frente a ella –Cuéntamelo todo. ¿Quién es? ¿Cómo es? ¿tiene dinero? ¿Cómo te trata? Ay… ¿Y si es tu príncipe azul? Puede que te cases y…