Capítulo 15.

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Evangeline

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Evangeline

Pasaron un par de semanas desde mi primera sesión con el tratamiento, pero al no ver resultados, los médicos decidieron que lo mejor era internarme en el hospital para mantenerme observada las veinticuatro horas del día.

Todo esto traía consigo las limitaciones de las visitas, por lo que Louis tuvo varias discusiones con el personal del hospital por no poder venir a verme cuando a él se le placiera. Así que finalmente tuvo que acatar las normas y apenas podía pasar tiempo con él. Como mucho podíamos vernos un par de horas los fines de semana.

- ¿No vas a comerte esas patatas? – Cayden se sentó frente a mí en la mesa del comedor.

- No tengo hambre – puse mi plato a su lado para que pudiera comérselas.

- Como sigas así te vas a hacer invisible – rodé los ojos – A ver cómo le explicamos luego a tu novio el cantante que has desaparecido por no querer comer.

- Hablas como si tuviera varios novios.

- Yo podría ser uno de ellos – me sonrió pícaramente para picarme.

- ¿Tu novia qué opina de que estés ligando con otras chicas? – me mostró su perfecta dentadura – No me gustaría ser ella la verdad.

- Tal vez ella no opine porque ni siquiera se molesta en venir – borré mi sonrisa ante la melancolía con la que había dicho aquello – Desde que se enteró de la recaída parecer ser que se haya olvidado de mí.

- No creo que haya sido eso. Seguro que sólo está intentando asimilarlo simplemente, así que no te preocupes – puse mi mano sobre la suya para acariciarla.

- ¿Sabes? Admiro la fortaleza que tiene Louis para no dejarte sola ni un segundo porque yo no sería capaz ni de pasar un minuto en un sitio como este viendo cómo alguien a quien quiero está sufriendo.

- Más de una vez he discutido con él porque no quiero que se pase aquí la vida. Él tiene sueños y me siento culpable de que tenga que renunciar a ellos por mi culpa.

- No es tu culpa, es él quien te ha elegido a ti.

Cayden era un chico en una situación similar a la mía, pero que, sin embargo, después de haber superado un cáncer de testículos, había vuelto a recaer hacía aproximadamente un mes.

Le había conocido en una sesión en la que no había dejado de hablar. No comprendía cómo podía llevarlo tan bien cuando a mí no me quedaban fuerzas ni de sonreír. Pero a pesar de que a veces fuera como un grano en el culo, me agradaba haberle conocido porque los días se hacían algo más amenos cuando tenía su compañía.

- Las enfermeras hacen el cambio de guardia en media hora, así que si usted me lo permite me gustaría mostrarle un sitio antes de que nos puedan pillar – Cayden se levantó para tenderme su mano en un gesto de caballerosidad.

TROUBLEWhere stories live. Discover now