Mi Tormento Favorito©+18 [MCF#2]

C47

Torcí un poco el gesto, pensando si de verdad esa oportunidad todavía estaba para mí, tenía miedo de que Meghan hubiese cambiado de opinión.

—¿Todavía crees que me ofrezca la oportunidad? —me mordí el labio, angustiada, deseaba con el alma que fuera así, estaba preocupada, comencé a hacerlo de forma excesiva. —¿Qué tal si se lo ofreció a otra persona? Me tocará buscar a alguien que quiera representarme y no sé si opine lo mismo de mi trabajo.

—Dudo que quiera a alguien más, yo estoy seguro de que te seguirá esperando, tu talento la impresionó —sonrió de esa manera que dejaba encantado a mi corazón, la calidez de mis latidos se expandió por todo mi pecho. —Yo te lo puedo asegurar. ¿Estás segura de que no quieres nada de comer? Puedo enseñarte todo el departamento.

—Me encantaría pero si no es molestia, me gustaría comer primero para poder tener energía y acomodar todo lo que he traído, será un trabajo tardado.

—Entonces, te preparé lo que más te gusta, lasaña.

Compartimos una sonrisa y fuimos juntos a la cocina, yo seguía sorprendida con el departamento, era amplio y se notaba que había una diferencia muy grande al otro porque ahora Evan se podía dar la oportunidad de vivir en un lugar como este con su propio esfuerzo. Quise ayudarle con la lasaña pero me dijo que me relajara y que lo dejara poder consentirme.

Me dispuse a ver televisión por cable, hasta que recibí una llamada, vi el número entrante y jadee tan fuerte que por accidente dejé caer el control remoto al suelo, la emoción me subió por la garganta, le empecé a decir a Evan con desesperación que era Meghan, entré en shock, tuve que tomar muchas bocanadas de aire para poder responder con normalidad.

—¿Hola? —la voz me temblaba que era difícil mantenerme tranquila.

—Que tal, Amber, soy Meghan, me da gusto volver a contactarte, ¿Cómo has estado?

Le explique que ahora ya no vivía en Chicago, claro, sin darles los detalles del porqué, solo le dije que ya no trabajaba en Chicago Journals y que ahora vivía con Evan en Seattle, esperando poder acoplarme a una nueva ciudad.

—Eso quiere decir que, ¿estás libre? Eso me parece increíble porque hace poco hablé con Evan y me dijo que en efecto, iba a vivir contigo pero jamás creí que finalmente ibas a dejar tu trabajo.

—Fue algo inesperado —respondí, cuidando de que mi voz no delatara mucha tristeza.

—No me lo tomes a mal, Amber, pero me gustaría mucho poder representarte, ya casi se cumple el mes desde que viniste a París y aunque acabas de llegar a Seattle, me gustaría hablar contigo sobre una posible  visita aquí a mi oficina o a mi casa y charlar un poco.

Me volví hacia Evan que escuchaba la conversación desde la cocina, él esperaba inmóvil a que dijera algo.

—¿Viajar a París? ¿Cuándo?

—¿Qué tal en unas dos semanas? Por ahora tengo trabajo que atender pero si se llega a complicar, en unas tres semanas, pero te llamaré para darte una fecha exacta, ¿Te parece?

Evan y yo nos miramos, en lo que yo le respondía a Meghan sin saber realmente si debía aceptar o no.

—Seguro, espero entonces tu llamada.

Meghan se despidió como siempre de manera dulce y colgó, rápidamente puse al tanto a Evan quien reaccionó de una excelente manera, le dio tanto gusto que la sonrisa que me regaló, iluminó su rostro, era una genuina felicidad, incluso más que la mía.

—Entonces, París te espera en tres semanas —añadió él con la misma sonrisa de oreja a oreja —Te lo dije, ella te buscará hasta tenerte como cliente, era cuestión de tiempo.