Capítulo 24

326 28 0
                                    

Me dirijo a mi casa, el reloj de mi coche marcan la una de la madrugada, conduzco por las vacías calles de la ciudad, una luz roja hace que detenga mi coche y espere. Mi celular suena y veo que es Moretti, antes de contestar el semáforo cambia su color y arrancó mi coche.

No avanzó mucho cuando varios coches se posicionan enfrente del mío provocando que frene de golpe e impidiendo que pase, mi corazón se empieza a acelerar del miedo, intento retroceder mi coche de un impulso, sin pensarlo incluso me sorprendo de lo rápido que he reaccionado pero otra camioneta se estacionan detrás.

Al voltear de nuevo hacia enfrente miro a Arthur parado frente a mi auto, coloca su celular al oído, entrando una llamada a mi celular.

Contestó asustada y con coraje.

- ¿adónde vas, favorita? - no despegó la vista de él, sus labios se mueven y lo escucho por el celular pero es suficiente para tenerme muerta de nervios.

- a mi casa - digo, una mofa sonrisa aparece en él, volteando al suelo incrédulo a mis palabras.

- ¿con quien estabas? - dice, es una pregunta retórica, porque sé que él tiene la respuesta pero la quiere oír de mi y sabe que no contestaré con la verdad para protegerlo.

- quítate... o te arrastró - digo apretando el timón con fuerza.

- hazlo - responde, levanta su cabeza retandome.

Tomo el valor para hacerlo y él espera ver hasta donde llegaré.

- no me dejas otra opción, mi vida - cuelga la llamada, mete sus manos en sus bolsillos como esperando que haga algo o que pase cualquier cosa, dando una orden con un simple movimiento de su cabeza, intranquila por saber que es lo que trama, mi respiración es agitada, esperando alguna brutalidad de su parte, una acción de él pero no hace nada más que verme tan rígido.

Doy un brinco al oír a mi costado fuertes golpes tratando de deshacerse del vidrio de mi coche, un hombre con furia golpea el vidrio con su codo logrando que se quiebre poco a poco, mis nervios me paralizan intentando tener una idea para salir de este mismo espacio, intento salir por otra puerta pero él ha terminado su trabajo.

Al reventar la ventana el hombre abre la puerta e intenta sacarme pero lo recibo con una patada justo en su pecho. Abren las demás puertas para sacarme de una forma u otra, concentrada en deshacerme de uno, alguien logra tomarme del cuello y sacarme.

Me dirigen a unas de la camionetas negras, intentando evitarlo, lucho con las pocas fuerzas de mi cuerpo escapar de sus redes. 
Empiezo a gritar con fuerza, a pedir ayuda, intento poner mi cuerpo rígido para que no puedan conmigo.

- ayudenme. - grito con fuerza con la esperanza de que un individuo en esta desolada calle me ayude, veo que Arthur da otra señal esta vez con su mano y ponen una cinta en mi boca, mis ojos ven como Arthur se sube a unos de los coches y a mi me suben a otro.

Después de una lucha campal entre los hombres que me custodian y yo, hemos llegado al aeropuerto donde me bajan con mis manos atadas, era la única forma que me tuvieran sumisa ante la situación. Me bajan del coche y alguien me coloca en su hombro para subirme al jet, pataleo para que no me suban, pero es imposible, me duele la garganta de ahogar mis gritos.

Me mareo luego de que me dejan caer en unos de los cómodos asientos del lujoso jet privado del jefe de la mafia. Me quitan la cinta de mi boca y escucho pasos acercarse a mi.

Suspiro mientras Gerard ata mis tobillos.
A un lado de mi, Arthur deja caer su cuerpo en unos de los asientos, evitó hacer contacto visual con él.

Sonrió - eres patético... No puedes conmigo, necesitas a tu ejército para subirme a un avión, para que este contigo. - digo para provocarlo.

- o no puedes tocarme sin deshacerte de deseo - continuo. Volteó lentamente a él y con su mirada tan serena, como si fuera un día cualquiera tomando un placentero viaje.

Sin saber de amor Where stories live. Discover now