Retos ◾ Nash Grier

Was he?... (Cap 3)

Quedé mirando la nota y la guardé en mi bolso. Miré para donde estaba Taylor y él estaba sentado en una mesa con su celular, decidí pararme e ir a donde estaba él.

—Hola —Dije sentándome al lado de él.

—Hola Emily.

— ¿Qué haces?

—Escúchame, siento mucho todo lo que hice, si te hice pasar un mal momento perdóname. No era mi intención, yo soy así. No me puedo controlar, pero desde ahora tratare de portarme mejor.

—Supongo que estas bien —Respondí mi pregunta, rodé mis ojos —Taylor, te perdono. Entiendo que seas así y no hay forma de cambiarlo, pero disminúyelo ¿Sí?

—Está bien —Sonrió— ¿Ahora me darás mi beso o se los darás al chico que te estaba mirando?

—Obvio que al chico que me estaba mirando —Él frunció el ceño —Mentira, a ninguno.

— ¡Hey! Te pedí disculpas—Dijo.

— ¿Me pediste disculpa solo para que te bese? Taylor te pasaste.

— ¿Qué? ¡No! Solo quiero mi beso —Hizo puchero, a él si le sale. No como a Shawn.

—Está bien, te lo daré. Solo para calmar tus hormonas.

—Nadie las calma cariño —Él cerro los ojos, yo me fui acercando, hasta que quedo 1 cm de distancia, y él unió nuestros labios.

¿En serio estaba besando a Taylor?

Nos separamos y nos quedamos mirando, él no decía nada, yo tampoco.

—Taylor...

— ¿Si?

— ¿Sentiste algo cuando te besé?

—Si... ¿Y tú?

—También.

—Creo que insistir ayuda —Sonreí —Algún día sucederá.

—Así es, algún día seremos algo más que novios falsos... Un matrimonio falso, o quien sabe —Alcé mis hombros.

—Me siento raro, como relajado.

Reí.

—Gracias Emily.

— ¿Gracias por qué?

—Por soportarme, realmente ninguna chica me soporta. Y me sorprende  que tú... —Lo volví a besar, necesitaba otra vez sus labios contra los míos y que de una buena vez él dejara de hablar.

(*****)

—Bueno aquí es tu casa —Dijo metiendo sus manos en sus bolsillos.

—Así es...

—La he pasado genial —Alcé mis cejas —Tú ya sabes.

—Este... bueno. Adiós Taylor —Dije despidiéndome con la mano.

—Adiós Emily, que duermas bien —Y se fue a su auto. Me quede en la entrada, y él apoyado en su auto — ¡Entra ya Emily! ¡Solo me quiero asegurar que llegues bien! —Sonreí, hasta me llegué a sonrojar.

— ¡Adiós!  —Y entré a casa.

Suspiré, pero no de esos suspiros cansados. De esos suspiros de felicidad, entusiasmo.

—Así que nadie importante ¿Eh? —Dijo mi papá recordándome lo del otro día.

—Ya Mike.