Capítulo 23

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D

Entro a la sala para buscar a la señorita Tons. Camino hasta llegar a ella. Tiene la cabeza inclinada viendo una revista. Su cabello azabache cae al frente.

-Buenos días señorita Tons -levanta la vista para mirarme. Me examina callada de pies a cabeza.

-Oh hola -dice levantándose. Me da la mano, pero la ignoro.

-Nos vamos al centro comercial, hablo serio -me doy la vuelta y ella me sigue.

Idiota.

-¿Cómo te llamas? -pregunta siguiendo mis pasos.

-Dígame D -digo abriendo la puerta de una Tahoe negra con los cristales negros.

-¿Cuál es el maldito misterio con sus nombres? -pregunta pero no contesto.

Maldición.

Sube de malagana en la parte trasera y cierra dando un portazo.

-Solo iremos usted y yo, así que espero que se sepa comportar, porque tengo ordenes de hacerla cumplir la ley -digo encendiendo el auto. No contesta, pero me atraviesa con la mirada. Trato de no mirar sus labios porque lo más mínimo me costaría la vida. Aunque no puedo negar que es perfecta.

No recuerdo la última vez que sentí una atracción irresistible, una sensación de querer seguir mirando a alguien, como siento ahora. El deseo de mirarla horas tras horas va en aumento.

-Me llamo Ambert -dice mirando por la ventana.

-Lo sé-me limito a decir antes de estacionarme en las afuera del centro comercial.

-Oye...no seas grosero, puedes confiar en mí y hablarme. No me chivaré.

-Andando señorita- apago el motor, salgo y le abro su puerta. Sale y me choca el hombro.

Después de andar diez tiendas de celulares, regresamos a la primera que entramos. Tomó el iPhone Xd y luego me hizo llevarla a comprar chocolates.

-Ten, está delicioso -dice acercando sus dedos con el chocolate sin el envoltorio a mi boca.

-Aléjese señorita -amenazo mirando la pantalla del ascensor que que vamos desendiendo.

-No seas aburrido -bufa -No te voy a envenenar D.

Mi apodo en sus labios se escucha mejor que en otros. Ruedo los ojos y la miro en silencio. Ella pasa saliva y luego mira el chocolate derretirse en sus dedos.

-Tómalo... Pruébalo -dice acercándolo más a mis labios. Por pura inersia abro los labios. Ella lo entra y sonríe para luego lamerse los dedos. Siento todo el torrente sanguíneo concentrarse en mi entrepiernas.

Ésta chica me llevará al infierno.

⭐⭐⭐⭐

¿Están listos para todo lo que viene?
Porque yo noooooo

Dañando al magnateWhere stories live. Discover now