Capítulo XXII: El Antiguo Guardián

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Comenzaban a fastidiarse, la exploración por aquellos misteriosos pasadizos se tornaba desesperante debido a que no encontraban ni una señal o pista de la reliquia. La mayoría de pasadizos no llevaban a ningún lado y otros los hacían caminar en círculos. Cada vez que regresaban a la entrada Luka deshacía las gemas y creaba nuevas para el siguiente pasadizo y así evitar confusiones.

Estaban frustrados y agotados, no obstante, les falta un último pasadizo por revisar. — ¡Vamos chicos! —Exclamó Elián intentando mantener el buen ánimo. —. Es el último, algo debemos encontrar.

Se adentraron pesadamente al pasadizo conducidos por deber y no por el deseo de continuar explorando. Aquel pasadizo les pareció peculiar debido a que caminaron por varios minutos sin encontrarse con una pared que les cerrara el paso o una desviación que los regresara algunos pasos atrás, por tanto, elevaron sus expectativas. Repentinamente, a lo lejos, vieron la danza de un extraño fuego de color verde, ante la situación se apresuraron al lugar de donde provenían dichos destellos, mientras avanzaban un calor moderadamente sofocante incrementaba en el ambiente, aun así, continuaron corriendo para averiguar que estaba pasando. Elián iba al frente, por lo cual, fue el primero en atravesar lo que parecía ser la entrada a una nueva sala, sin embargo, se detuvo en seco y estiró sus brazos hacía atrás en señal de que debían detenerse.

—Elí ¿Qué ocurre?

—Verás...hay un acantilado —respondió rápidamente.

—¿¡Qué cosa!? —Gritó Luka consternado.

—Si.. parece que estamos en una caverna, el fuego verde se ve más abajo y hay un sendero a mi izquierda ¿Bajamos?

Los chicos pensaron la idea unos segundos. —. Pues nuestra misión es ir a explorar, podemos bajar a echar un vistazo —comentó Metztli.

—Yo... es nuestro deber —espetó quedamente Luka— quizás encontremos algo.

—Bien, entonces bajamos con cuidado, el sendero es estrecho.

Descendieron lentamente iluminados por el fuego de Elián. Al poco tiempo se encontraron sobre una sólida superficie circular de piedra por cuya circunferencia danzaba el fuego verde. Al analizar el lugar los chicos se percataron de diversos objetos esparcidos por el suelo los cuales se dispusieron a revisar.

—Este lugar es raro —opinó Metztli.

—Y tétrico... —Prosiguió Elián—. Aunque es un buen sitio para ocultar un tesoro.

Luka se encargó de revisar un grupo de objetos que yacían al centro del círculo, al bajar la mirada descubrió que los extraños objetos se trataban de un bulto de vendas y una máscara de oro con apariencia humana, pese al calor, fuertes escalofríos recorrieron su columna. Así mismo, vio que debajo de dichos objetos estaban incrustadas en el suelo piezas de azulejo que formaban un rombo. —. Oigan chicos, este lugar me pone nervioso — confesó a sus amigos.

—Concuerdo contigo Lu... esto de aquí es un hacha, y una muy grande.

Metztli se había agachado para observar de cerca lo que parecían ser unas piedras blancas, no obstante, al analizarlas detenidamente se levantó de un salto. —. Por Celestia... son huesos... escuchen, esto ya no me está gustando, será mejor regresar a la base e informar lo que descubrimos para que un equipo más grande se haga cargo.

—Tienes razón Mel, ya casi debe estar anocheciendo, ven Lu hay que irnos.

Se disponían a regresar cuando las llamas del fuego verde incrementaron violentamente y se extendieron por toda la circunferencia bloqueando su salida, el desconcierto se hizo presente. Elián intentó controlar el fuego pero le fue imposible, mientras más lo intentaba el fuego se agitaba frenéticamente y explotaba en una llamarada. —. Esto no es bueno... Mel ¿Puedes crear agua?

Celestia: Las Reliquias Del Poder (EN PROCESO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora