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Ser dueño de una cafetería a tan corta edad era algo estresante pero a la vez un gran esfuerzo y un gran avance a su edad. Amaba su trabajo de hecho, recién estaba empezando a saber como administrar una cafetería, que por ahora se mantenía pequeña y con pocas mesas y sillas. Todo emprendimiento se comienza de a poco y estaba agradecido de lo lindo que se veia todo.

"Dulce de Limón"

ese fue el nombre que había escogido, recordándole que era el postre favorito de su abuela. Y sonaba bien, muy cálido y cómodo, también nostálgico.

Sin embargo, sabía que no podía trabajar solo. Como recién estaba empezando, no creía poder atender a los clientes de manera rápida. Estaba la barra, las mesas, debía preocuparse de hacer bien sus cálculos de precios en la caja registradora...necesitaba ayuda urgente. Así que, con toda su creatividad en artes manuales de la escuela, hizo un lindo letrero llamativo que decía perfectamente "Necesitamos un empleado". ¡Perfecto! Ahora solo necesitaba esperar si alguien veía su letrero y le interesaba.

🍫

Había pasado ya una hora desde que había puesto el letrero y estaba comenzando a pensar que, o era muy feo su cartel o a nadie le interesaba trabajar en una hermosa cafetería.

Al menos se entretuvo atendiendo a unas amables ancianas que habían pasado a su cafetería a tomar un café y a unos cuantos estudiantes de preparatoria. Tenía poca clientela, pero eso era mejor a que tener nada. Sus habilidades sociales eran buenas sin duda y su rostro esculpido por los ángeles... Bueno no tanto, le hacía sentir confianza a cualquiera.

Y bueno, no había tenido ningún interesado en el puesto de camarero por el resto del dia hasta llegar la noche, por lo que ya al voltear el cartel de abierto a cerrado, se relajó tras sentarse en la barra y comer su chocolate favorito, el blanco, junto a un café con leche, mientras tanto revisaba sus ganancias del día. Estaba tan tranquilo degustando su dulce, que se asustó al voltear por un instante hacia el ventanal, donde un chico quizás un poco mayor que él se veía interesado en su cartel.

Rápidamente se levantó de su asiento esperanzado de que al tipo le haya interesado el puesto y al abrir la puerta haciendo sonar la pequeña campanita típica de una cafetería, sus miradas se cruzaron, sintiendo sus mejillas acalorarse. "Oh no Sugawara...es tu tipo" pensó en ese entonces cuando aquel chico moreno de cabello castaño oscuro muy corto le sonrió.

Nervioso no podía formular ninguna palabra, no sabía como contratar o entrevistar de hecho, además era demasiado tarde...¡Pero de verdad que era muy guapo! No podía perder esta oportunidad de tener un mesero. Solo debía pensar con la mente fría y con claridad.

- Ho-hola... ¿Te interesa el puesto? - si, así se comenzaba, no te pongas nervioso. -

- si, de hecho... Acabo de perder mi trabajo de medio tiempo. El restaurante cerró y despidió a todo el servicio. Y bueno... Yo, estaba vagando por aquí y me gustó tu cartel. Me gusta ese conejito que pusiste en la esquina. Aunque un brazo es más flaquito que otro...

- No es como si yo fuera un tremendo artista, chico desconocido - soltó en una pequeña risa que quiso callar al instante cuando notó que el moreno no dejaba de mirarlo con esa...hermosa sonrisa. Ay dios, estaba derritiendose por dentro. ¡Calmate! - s- soy Koshi Sugawara...un gusto

- Un gusto... Soy Daichi Sawamura...entonces ¿tendré el puesto? - preguntó con esa fiable sonrisa, tan carismática y amable -

- has sido el único que le ha interesado así que...bienvenido a "Dulce de limón" Daichi...

Y desde entonces, Sugawara y Daichi comenzaron a ser compañeros. El albino sólo se preguntaba ¿podrían ser algo más? Debía pensar que sólo eran compañeros de trabajo... Pero algo en el aura de Daichi le hacía saber que todo iría bien en el futuro.

🍫

Creo que muchos han esperado un Daichi x Sugawara en esta saga... Así que aquí esta. ❤️👄❤️

Esto comienza antes de todas las historias de los polluelos, así que vamos muy al pasado de como comienza esta cafetería uvu~ bye bye.



ChocolatesOù les histoires vivent. Découvrez maintenant