Defensas

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La profesora Nina nos observa a todos con cierto aire de ira. Después de mi pequeño incidente, no he visto a Alice. Ni a Rebecca. Mucho menos al profesor Dawson porque, obviamente, ha sido despedido.

Me he pasado el día entero con Dante en la sala de música y estoy demasiado consciente de que cada vez que me observa lo hace con cierta sensación de lástima, y en realidad, ni siquiera sé el porqué.

Me da igual que toda la escuela me haya visto semi-desnuda, pero obviamente no he dicho nada al respecto. Haley, Ulisse y Dante me notan algo preocupada, y no puedo negar que en realidad sí que lo estoy; pero no es por mis fotografías filtradas.

Me preocupa que alguien tenga en sus manos el mismo teléfono celular que almacena la fotografía de Camila Abele en la bañera completamente muerta, y me aterroriza que alguien pueda usarla en mi contra; sobre todo porque sé que allí afuera hay un psicópata que lo único que quiere es lastimarme.

Todos en la sala de la clase de historia parecen estar murmurando y observándome. El asiento de Alice está vacío, y me pregunto si le habrá ocurrido algo malo después de que le aventó un refresco a un chico.

— ¿Cuáles son las nuevas noticias?— pregunta la profesora Nina de repente, haciendo que todo el mundo se gire para observarla. Ella se lleva ambas manos a la cintura y nos observa a todos de pies a cabeza, pero tengo la sensación de que su mirada se queda encima de la mía durante varios segundos más— ¿por qué todos están hablando pequeños secretitos entre ustedes?— su voz se arrastra un poco y su tono se vuelve un poco más serio que antes.

Todos se quedan en completo silencio; los murmullos se detienen, mis compañeros se miran entre ellos y mi rostro se agacha un poco avergonzado. Lo último que necesito es que esta mujer aumente la vergüenza que siento en estos momentos.

— Paul— ella clava la mirada encima de uno de los chicos que hace unos minutos estaba riendo. El muchacho se levanta de golpe y observa a la mujer, intentando mantener la mirada firme— ¿me cuentas el chisme?

Paul ríe un poco nervioso y por inercia, me lanza una rápida mirada que luego desvía hacia la profesora Nina.

— ¿Y bien?— insiste la mujer— ¿qué es chistoso?

— Nada— murmura el muchacho— no era nada.

La mujer suelta una risa sarcástica por lo bajo y le pide que se siente para luego dar unas cuantas vueltas alrededor del salón de clase. Cuando pasa por mi lado, ella deja reposar una mano en mi hombro y por algunos segundos, siento como si fuera a burlarse de mí o hacer de mi vida un show mediático, pero sorpresivamente, da dos pequeños golpecitos de ánimo y se aleja.

— Si veo, escucho, o me doy cuenta de que alguno de ustedes se está riendo de lo que le ha sucedido hoy a Charlotte entonces será inmediatamente reprobado— anuncia, haciendo que el vello se me erice. Ningún profesor había saltado en mi defensa en todo lo que iba del día, y desde luego no esperaba que Nina fuera la que lo hiciera— no es chistoso reírse de la intimidad de una persona, sobre todo cuando esa persona ni siquiera decidió compartir su intimidad.

Ahora mis compañeros de clase asienten silenciosos con el rostro, sin decir palabra alguna.

— Si alguno de ustedes es el o la que imprimió aquellas fotografías de Charlotte para repartirlas como periódico entonces esa persona con certeza será reprobada— carraspea— y les aseguro; esa persona será encontrada.

Antes de que la mujer pueda decir algo más, la puerta de la sala de clases se abre de golpe. Reconozco a Dani de clase de comunicación; ella esboza una pequeña sonrisa en nuestra dirección y luego le clava la mirada encima a la profesora Nina.

PERDETWhere stories live. Discover now