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A la mañana siguiente, para cuando me levanté, Nill ya estaba terminando con los preparativos para viajar a Estados Unidos

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A la mañana siguiente, para cuando me levanté, Nill ya estaba terminando con los preparativos para viajar a Estados Unidos.

—Buenos días, princesa—la voz de Kilian me sorprende por la espalda.

—Buenos días, alteza—le respondo sonriente.

—¡Vaya!—exclama mientras me toma de la cintura—Hoy estás de un encantado humor, eso es extraño. Casi siempre te levantas más temprano y me arrojas la almohada a la cara mientras que me obligas a prepararte el desayuno.

—Hablando de eso, ¿lo hiciste?

—Está en la mesa—responde y me besa tiernamente.

—Oh, una cosa más—le digo antes de irme—¿Viste a Angie?

—Creo que está afuera.

—Ok, iré a verla.

Lo beso y corro hacia la puerta.

—Te espero para desayunar—me avisa.

—Puedes empezar, no sé si tardaré.

—Como gustes.

Una vez fuera, busco a mi amiga por todos lados hasta que la encuentro barriendo el establo con un rastrillo y una mirada perdida.

—¿Te ayudo?—Rompo el silencio llamando su atención.

—No, no hay problema. Ya termino.

—¿Segura que no quieres pasar un tiempo con tu amiga?—pregunto mientras me voy acercando en puntillas de pie de modo que la hago reír suavemente.

—¿Los chicos te dijeron?

—Nop—contesto—. No me dijeron absolutamente nada. Me di cuenta sola.

—Creo que es algo obvio—comenta cabizbaja.

—Más o menos—digo riendo y luego, en un tono más serio, pregunto:—¿Qué ocurrió?

Angie suspira mientras apoya todo su peso en el rastrillo.

—Abuela ha estado enferma desde hace unos años: cáncer de colon. Me había dedicado mucho a ella, incluso me cambie de colegio, al tuyo, para estar más cerca de casa y tardar menos tiempo en volver. Pero...no sirvió de nada—Las lágrimas que veo asomarse y caer me llevan a abrazarla y dejar que se apoye en mí—. Murió hace unos meses y...sin ella, sin papá, sin mamá...no tengo nada.

—No, no es cierto—contesto inmediatamente—. Nos tienes a todos nosotros, me tienes a mí y, más importante, te tienes a ti. Nunca estás sola, Ángie.

Ella me abraza y llora fuertemente sobre mi pecho. La acompaño en un abrazo consolador.

Nos quedamos unos minutos conversando en el granero hasta que se sintió mejor. Al volver ya era pasado el medio día y sólo faltábamos nosotras. Sin embargo, solo veo a Dimitry empacando una cantidad exagerada de comida y no encuentro a los otros dos.

Kilian: El reino caído [EN FÍSICO]Where stories live. Discover now