⁀➷20:『Imperios』

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Regreso su atención al sujeto parado frente a él, quien parecía esperar a que hablara cosa que no dudó en hacer-. Será mejor que me expliques todo. -amenazo con la voz filosa.

El otro tipo asintió rápidamente, educadamente hizo una reverencia y le pidió que le siguiera, JiMin lo hizo aún inseguro, prefirió caminar detrás-. Por aquí, mi señor. -dijo enseñándole un pasillo en aquella extraña casa. El chico lo siguió, noto que toda la casa parecía vieja y casi abandonada, a excepción de su habitación todo ahí afuera estaba sucio y olía fatal. Cuando llegaron a la puerta de la casa, está fue abierta por el misterioso sujeto quien le pidió saliera, JiMin lo hizo aún con desconfianza.

Pero cuando se halló fuera, lo único que pudo ver fue la nieve y una montaña semi destruida frente a él. Seguía en la zona del mar y hielo de su mapa, miro inseguro a su alrededor, el llevaba ropas delgadas que no eran apropiadas para un lugar tan frío, pero... el no sentía frío, de hecho fue ahí cuando empezó a notar que ya no tenía las manos destrozadas y que las cicatrices de su cuerpo no estaban, por sobre todo, su piel ya no estaba quemada ni dañaba, era una piel fina y delicada de un tono mas claro.

-Mi señor, esta es mi explicación. -dijo aquel sujeto detrás de él, JiMin no supo que decir, seguía viendo su cuerpo sin entender cómo había sucedido aquello-. Su deseo fue cumplido y obtuvo lo que buscaba, mi señor. -menciono indiferente-. A cambio de ello, usted no puede morir y su fuerza se incrementó. Sobre todo...

-El cristal. -dijo entonces JiMin comprendiendo-. Lo obtuve, ¿Eso dices?.

-En efecto, usted obtuvo la bendición de mi antiguo señor, el cristal blanco ahora es suyo. -le hizo saber-. Sin embargo hay una regla que jamás se debe romper.

-¿Que regla?. -pregunto, la sorpresa y curiosidad en su voz eran notables, y es que aún no le cabía en la cabeza de que había logrado conseguir aquello que por años solo pensó era una mentira.

-Sus armas mi señor. -menciono, el sujeto elevo su mano, un aura verdosa cubrió su cuerpo, mágicamente las armas de JiMin estuvieron a su lado, pero la diferencia era que su hacha era de color negra y su lanza de color blanca-. Sus armas jamás deben de ser destruidas o su poder se desvanecerá o en el peor de los casos se descontrolada hasta el punto en el que ya no habrá vuelta atrás y usted morirá, lenta y dolorosamente, pero morirá. -su sonrisa al final de aquello dicho incómodaron mucho a JiMin, tanto que arrugó el ceño de manera que le hiciera saber que no le gustaba para nada aquello-. ¡Oh! Cierto, otra cosa más.

-¿Qué cosa?. -pregunto irritado, tomo su hacha y lanza, se sentía incómodo si no las tenía a su lado.

-Otra regla, bueno es adicional y en si no es del todo una regla que se diga pero...

-¡Habla! -ordeno.

El sujeto suspiro con un semblante misterioso-. Nada de disputas, en si no es que sea una regla como dije, pero es más una advertencia. No peleen entre ustedes o cosas malas sucederán.

-¿Con quién carajos no quieres que pelee? No comprendo tu mierda y honestamente aún proceso todo lo que me estás diciendo.

-Con el otro Dios, no pelee jamás con el otro Dios. Digo, no está prohibido, pero es inapropiado, eso digo.

-¿Cuál otro Dios? -pregunto fastidiado.

La sonrisa del sujeto se extendió más, sus manos al frente y en una postura rígida incomódaban bastante-. Hablo del Dios del cristal Negro. Su hermano. -JiMin abrió los ojos de sorpresa, se quedó pasmado ante la nueva información, había olvidado por completo a JungKook, no es que lo haya hecho intencionalmente, solo que no estaba aún del todo bien concentrado.

Los Dioses del Cristal. © |YoonMin, TaeKook, NamJin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora