Capitulo 1

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Ante mi hay una cama y sobre ella hay una mujer descansando eternamente, no le puedo ver el rostro pero sé que es una parte de mí, mi cuerpo, un vil traicionero que tanto me atormento en aquellos años de vida, el cuerpo de una Frida Kahlo sufrida, quien padeció enfermedades y accidentes sin dejarse vencer y levantándose ante cada golpe de la vida.

A mi alrededor la gente llora desconsoladamente, unos más que otros, pero no entiendo la razón de su tristeza; si hoy por fin puedo ser libre, libre de hacer todo lo que nunca pude ni se me permitió hacer, libre del dolor y libre de todo prejuicio.

Hoy por fin somos dos, una se queda con ustedes, a quien recordaran, volverán un símbolo y admiraran por todo el dolor que sufrió, una imagen que causa lastima a los demás, más que admiración por su trabajo y su fuerza para sobreponerse a las dificultades. La otra, soy yo, la que se libera, la ya no sufre y no depende de corsés ni de nadie más.

A ella le toco vivir primero, ahora me toca a mí existir.

Por fin seré capaz de viajar sin restricciones por todo mi querido México y llegar hasta el último rincón del mundo, de un modo que aquellos que caminan aun no pueden entender; utilizando a la naturaleza como mi lienzo personal, uno que será admirado por los que aun respiran. Sin embargo esta libertad es temporal, antes de poder volverse eterna ya que debo volver con la otra Frida y estar a su lado cuando la cremen. Pero en una parte de mi empieza a crecer un temor, que al volvernos a reunir las dos, nos unamos otra vez para nunca volvernos a separar.

En momentos como este me pregunto quién de las dos es realmente la valiente y quien la cobarde.

Las Dos Fridas: Un Nuevo InicioWhere stories live. Discover now