• c u p i d o ; wos •

• - O C H O - •

Mordí mi labio inferior reprimiendo una risa. «Que tarado que es» me dije divertida.

Yo quería devolverle ese mismo chiste, obviamente de otra forma, así que apunte disimuladamente mi cámara hacia la profesora.

— ¿Qué haces? — Preguntó Juliana a mi lado. — Te va a ver, boluda.

— Callate, boba, si no se da cuenta de  nada ésta.

Traté de buscar un buen ángulo con la cámara, y esperé un momento a que la mujer delante mío se quedara quieta. Yo no era muy buena sacando fotos y menos si eran escrachos, porque siempre resultaban movidas, pero con esa tenía la confianza de que podría salir perfecta y graciosa, ya que la profesora tenía movimientos lentos y eso me ayudaba. Entonces, con emoción, saqué la foto.

Para mi buena suerte, la imagen había salido bien... pero, para mi mala suerte, salió con el flash activado.

La profesora abrió los ojos grandes como platos, y me miró indignada como si hubiera hecho algo totalmente terrible.

— ¿Usted me estaba sacando una foto, García? — Dijo en un tono amenazador.

Algunas risitas se escucharon a mi alrededor, mientras que yo temía por mi vida.

— N-No, yo... — No pude terminar de hablar que la mujer peliblanca me arrebató el celular de las manos, y lo miró con enojo.

Abrió la boca sorprendida y la tapó con una mano.

«cagué, acá me linchan» pensé. Las manos comenzaron a temblarme por los nervios, y cerré lo ojos esperando lo peor. No podía evitar imaginar la cara enojada de mi mamá cuando le dijera que me pusieron mil amonestaciones por una tremenda estupidez.

— ¡VALENTÍN OLIVA! — Escuché que gritó furiosa, y abrí los ojos como platos.

La profesora había visto el chat, y seguramente la foto que él le había sacado cuando no lo veía. Encima, con las cosas que le dibujó, estaba para que lo expulsen.

La carita de Valentín se tornó pálida, y pasó de una expresión divertida (ya que estaba riéndose de mí), a una aterrorizada.

— ¿P-Pasó algo, profe? — Preguntó en un tono bajo el chico, con el temor reflejado en sus ojos.

— ¿Usted sacó esta foto? — Le mostró la pantalla del celular, y él la miró desentendido.

— Yo soy Oliva, profe. — Noté como sus labios trataban de no sonreír. — Ahí dice Ortiva.

Tapé mi boca rápidamente y cerré mis ojos, amenazando con soltar una carcajada. No podía creer que siguiera jodiendo ante esa situación.

— A dirección ya mismo, Valentín. — La mujer apuntó con el dedo índice la puerta, indicándole que salga de allí. Yo saqué las manos de mi boca y tragué grueso. — Y usted también García.

«La puta madre»

Yo me encontraba a espaldas de la profesora, pero no tenía duda de que su rostro tenía una furia profunda inevitable. Encima, iba a guardarse mi celular hasta el final de la hora.

Me levanté lentamente de mi banco, aún miedosa, y comencé a caminar hacia la puerta cabizbaja. Valentín hizo lo mismo y siguió detrás mío.

«No puedo ser más boluda» No dejaba de repetirme en mi cabeza. Una vez que sacaba la foto bien, salía con flash y me descubrían.

Una preceptora nos hizo sentar junto con Valentin en un pequeño banco frente a la dirección, ya que debíamos esperar a que el director llegara y poder pasar.