—Wow—susurró Poché.—, se supone que la muerte te lleva a un lugar mejor, ¿no?—preguntó, tomando la manija de la puerta.—¿Es entonces morir un acto egoísta?—preguntó rodando lentamente la manija.—¿Y matar un acto de generosidad?—rió irónica.—¿Debo agradecerle a quien mató a mi hijo?—preguntó, abriendo la puerta para caminar dentro de la habitación. Calle abrió un poco su boca sin saber qué responder, vaya. Poché era la única persona capaz de dejarla sin palabras. 

Calle siguió a Poché dentro de la habitación, notando cómo se sentaba en la cama desordenada del niño. 

—Puedes agradecerlo a Noah por haberte hecho feliz en su estadía en el mundo.—dijo suavemente. Poché volvió a reír irónica.—No tiene que ser tan complicado, Poché. 

—Yo quería verlo crecer.—respondió con una suave sonrisa, mientras veía a Calle sentarse a su lado.—Quería verlo ir a la escuela, ir a sus presentaciones, quería verlo enamorarse, quería verlo llorar por su primer corazón roto—era ella quien lloraba en silencio en ese momento.—, quería conocer a su primera novia, verlo casarse, y formar una familia, verlo cumplir sus sueños. Quería verlo feliz. ¿Era eso mucho pedir?—Calle negó con su cabeza. 

—Es normal, era tu hijo.—respondió.—Yo nunca he tenido hijos, pero quisiera algún día tenerlos, y sé que querré verlos hacer todo eso que dijiste—sonrió sinceramente.—, pero ahora mismo la realidad es que Noah no va a poder hacer nada de eso—Poché hizo un puchero, sabía que tenía razón.—, y tú tienes que dejarlo ir.—susurró intentando buscar su mirada. 

—Yo...yo habría querido conocerte en el tiempo en que mi niño murió.—susurró casi inaudible, con sus ojos puestos en el oso con el que alguna vez durmió su hijo.—Yo necesitaba a alguien como tú, ¿sabes?—Calle sonrió un poco.—Necesitaba a alguien que me dijera lo que necesito escuchar, no lo que quiero. Sé que Noah no va a regresar por más que lo desee, sin embargo puedo intentar ser feliz hasta nuestro reencuentro.—rió un poco.—¿Crees que cuando muera lo vuelva a ver?—la sonrisa de Daniela se paralizó. 

—No quiero responder algo que pueda incitarte al suicidio.—respondió sinceramente, provocándole una sincera risa a Poché. 

—Ahora que te conozco, tengo una razón para no hacerlo—se encogió de hombros.—, de nuevo tengo a alguien esperando por mí en casa.—susurró. Calle asintió.—Te quiero, Calle.

—Yo te quiero incluso más, Poché.—respondió sin dejar de sonreír. Poché asintió antes de pasar su vista por la habitación de su hijo. 

—¿Qué se supone que debo hacer?—preguntó en un susurro angustiada.—¿Ordenarla? ¿Guardar sus juguetes? Desde su muerte, Marino es lo único que he podido tomar. 

—Recuerda que, nunca vas a olvidar a Noah, sólo vas a aprender a vivir con el hecho de su muerte.—respondió.—Me dijiste que no te sientes viva por eso, muy bien, entonces debes dejar de existir a través de la muerte de tu hijo. Vive a través de tu propia vida. No sé si eso suene lógico, pero estoy haciendo un intento.—Poché rió un poco. 

—Quieres que dejé de vivir la muerte de mi hijo para así vivir mi propia vida.—dijo. Calle asintió, básicamente era eso.—Puedo comprender eso.—suspiró. 

—¿Entonces qué dices?—preguntó suavemente.

—Digo que...digo que mañana tenemos que ir a trabajar.—respondió de inmediato.—Se nos hará muy tarde, Daniela.—dijo levantándose para rápidamente caminar de vuelta a su habitación. Daniela suspiró con una sonrisa. 

paper hearts. » caché. [adaptación] (TERMINADA).Where stories live. Discover now