16. Helado de limón.

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Hermione's POV

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Hermione's POV


Hacía mucho que no salíamos. La verdad Ron estaba ocupado en el ministerio, y yo igual. Tenía mucho que aprender, había entrado al departamento sin estudio previo, y aunque me aseguraron que lo haría bien, yo no podía evitar leer todo lo que pudiera la respecto para ponerme al día.

Entonces pasó lo de Harry... Y todo se fue al carajo. Enserio, odio que Ron diga malas palabras, y lo regaño por eso millones de veces al día. Pero no había otra forma de describirlo.

Todo se fue al carajo.

Ron trabajaba e doble, hacía investigaciones, juntaba evidencias y ayudaba en todo lo posible. Todos en el departamento, y hasta el mismo ministro, le repetían que debía descansar, tomarse unos días para sopesar lo que estaba pasando. Pero Ron no paró ni un segundo, yo tampoco. Me pasaba el día trabajando en cualquier cosa. Hacía papeleo, cocinaba, limpiaba Grimmauld Place una y otra vez aunque ya estuviera limpio. Yo entendía a Ron. Necesitábamos trabajar, estar activos y cansados todo el día, porque eso hacía que no pensáramos en lo que debíamos pensar.

Pero claro, eso no duró. No rompimos.

Cada uno por su lado, yo fui la primera. Estaba en casa, en la que solía vivir con Harry. Me habían casi sacado a rastras del trabajo. No miraba al espejo desde hacía meses, gracias a Merlín que no lo hice, debía estar hecha un asco. La habitación de Harry estaba cerrada, yo la había limpiado igual que toda la casa durante la primera semana. Pero luego me rendí y solo la dejé cerrada con llave, para no tener que verla. Y entonces... No sabría como describirlo, solo me rompí. El temblor de mis manos fue en aumento hasta que terminé por soltar lo que tenía en la mano. 

El mango del trapeador  derribó una vitrina que estaba llena de marcos con fotos. Y solo me largué a llorar. Me sentí horriblemente culpable, como si hubiese escupido en la tumba de un ser querido. Okey, mal ejemplo. Pero la cuestión es que entre lágrimas y espasmos intenté sacar una foto de los tres, Ron, Harry, y yo en el medio. Harry me apretaba los cachetes lo que me hacía tener una trompa de pato en la boca, y  Ron, atrás, me levantaba el pelo para que sea más inflado de lo que ya era. Cuando tomé la foto, no pude traerla hacia mi, pues me clavé un vidrio en la muñeca y tuve que sacar la mano rápido y chillando de dolor.

No recuerdo mucho más, pero sé que Ron me encontró y me cargó a la madriguera. La señora Weasley me curó la herida lo mejor que pudo —la verdad no tenía ganas de viajar hasta San Mugo en ese momento— y me ofreció un té. Ron me llevó a su habitación y me ayudó a cambiarme, no hablaba, y él tampoco me presionó a hacerlo. Se acostó conmigo hasta que me quedé dormida, estrechándome dulcemente entre sus brazos, amaba cuando hacía eso. No volví a mucho Grimmauld Place desde entonces, me quedé en la madriguera, y trabajé mucho menos.

Y pensar que yo caí recién en las primeras semanas...

Porque entiendan, yo conozco a Harry, todos lo hacemos. Sabemos lo que es capas de soportar, y por eso, todos nos repetíamos "Está bien, él está bien"... Durante los primeros días, la primera semana, uno está lleno de tensión. No sabíamos que iba a pasar, no sabíamos que era lo que él estaba pasando, solo podíamos esperar. Y esperar es desesperante.

Harry Potter Después de la guerra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora