9. Peculiar reconciliación

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Y eso que se encendió se apaga con máxima rapidez.

—Sólo lo hice por capricho, Ava, porque quería y ya, sólo que no sabía cómo mirarte a la cara luego de eso. Es por eso que te pedí no buscarme y aún así lo hiciste —muerdo el interior de mi mejilla —. Ahí está —arrugo las cejas confundida, humillada —, ahí tienes el como lastimo personas. Verbalmente es mucho peor que físico, porque el golpe se te quita a los días, las palabras se te graban en la mente.

Tomo una inhalación profunda buscando palabras correctas para esto. Y, sin más, me quedo corta con lo que me dijo, no puedo articular algo coherente, algo más allá de una oración seca e indiferente a base de su revelación.

Adopto —después de reflexionar— responderle con educación:

—Gracias por responder mis dudas —sueno temblorosa.

Me dirijo a la puerta abriéndola. Espero paciente a que se vaya y, cuando lo va hacer se detiene a medio camino solo para decirme:

—El Seven Up te lo compró Conan —algo vuelve a quebrarse, finalmente, Ares se va de mi habitación quitándose los lentes de sol.

Cierro la puerta dirigiéndome a la cama de sábanas con diseños florales. La ventana abierta hace que el aire con olor a mar entre e inunde la habitación. Paso las manos por mis ojos dándome cuenta de esas pequeñas y escasas lágrimas en ellos, me resulta nefasto que iba a ponerme a llorar por lo que me dijo Ares.

Mi celular vibra sobre el buró junto la cama. Voy a por él leyendo el mensajes en la barra de notificaciones, es de Robin:

«Maratón de Two and a half men. Hace tiempo que no tenía una buena dosis del tío Charlie.»

Una sonrisa se asoma en mis labios, ¿cómo negarme a eso? Tecleo la respuesta rápido:

«Déjame quitarme el viaje de encima y voy para allá.»

Robin me envía es un emoticón sonriente. Dejo el celular en su lugar. Aún tengo las palabras de Ares en el centro del pecho y mente, sin embargo, estas son unas vacaciones entre comillas que no me daré el lujo de desperdiciar por el capricho tonto de un muchacho temperamental y violento.

Robin es un excelente compañero para las series.

Luego de la cena que Conan hizo —unos sándwiches buenísimos cada uno se fue a su habitación, y no fue cuestión de tiempo cuando me metí al cuarto de Robin a ver televisión con él. Me di cuenta que Robin era un empedernido con Two and a half men, tanto como por esa serie y por Los Simpsons también.

Me daba una ventaja su obsesión por la serie pues no me presta atención ya que me ando escribiendo con Phoebe y Max desde el grupo que habíamos creado hace tres años atrás:

«Estoy colgada por el cuello definitivamente»

«Max»
«Al cuello?! Estás más que eso, además de estar en un instituto para varones desde hace tres semanas ahora tienes que verle la cara todos los días al idiota que te besó para dejarte mal luego de la "explicación" de quinta que te dio»

«Siento que me lo busqué»

«Max»
«NO ME VENGAS CON LAMENTACIONES QUE EN SÍ, DESDE UN PRINCIPIO NO DEBERÍAN SER TUYAS»

High School Pyrex ✓Where stories live. Discover now