Capitulo Único

422 22 1
                                    

Por Nicolás

El frío recorría todo mi cuerpo, llevaba días sin encontrar refugio y la ropa que traía apenas me reconfortaba. Es difícil ser un chico de la calle. Muchas veces he deseado algo de comida, y no solo una vez al día, o algo que me cubriera mejor, o hasta una sonrisa cálida.

Esta noche era una de esas en las que el frío era insoportable. Era fin de año, mi época favorita. La gente suele verse más feliz, regalar comida caliente, e incluso donar cosas que no parecen usadas ni están rotas.

Estoy en las calles desde que tenía 10 años; por error me alejé de mi madre y jamás la volví a ver. Aprendí a vivir en la calle, ya que por alguna razón en este lugar no prestan atención a los niños.

—Dios… qué frío… brrr… —Escucho una voz proveniente de la parte externa del callejón. Había otra persona con problemas de frío como yo.

La persona, que resultó ser un hombre, se fue acercando más y más. Él no parecía ser propiamente un vagabundo, más bien parecía alguien que ganaba buen dinero o algo así. Caminó casi hasta donde me encontraba, pero no me notó debido a la poca luz que entraba en el callejón. Se sentó a unos pasos, cubriéndose tras un bote de basura.

—Si no te incomoda, puedo compartir mi abrigo —dije al ver que temblaba como hoja. El pobre solo traía un pantalón y una chaqueta que apenas le cubría—.  Hoy va a nevar —comenté, mirando el cielo gris.

—¿No te importa? Digo… compartir.

Sonreí lo mejor que pude y negué con la cabeza. —Todos tenemos frío en esta época.

Se acercó a mí, y compartí la manta que hacía poco me habían dado, aun así eso no era mucho para este clima.

—Estás calientito —dijo, sentándose un poco más cerca de mí—. No sé cómo sobrevives a esto —comentó, frotándose las manos.

—Como puedo —dije con una amplia sonrisa— y con algo de ayuda de vez en cuando.

Se quedó mirando fijamente mi rostro con algo de sorpresa, y me sentí incómodo.

—Siento verme así. —Bajé el rostro, ocultándolo un poco en la manta.

—No es por eso que te miraba, es por lo guapo que eres.

Levanté el rostro y me quedé atónito. ¿Había dicho que yo era guapo?

—En verdad, eres muy guapo —dijo, levantando una mano y tomando mi rostro para verme mejor—. Créeme, solo en gente rica he visto un rostro así. —Sonrió de forma muy bonita, aquel joven era muy guapo—. Hasta con esa expresión te ves muy guapo  —dijo observando mi cara iluminada por las luces de un carro al pasar.

—Creo que te equivocas, aquí el único así eres tú. —Había conocido gente que trató de abusar de mí, así que esas palabras no me las creía—. Has de tener mucho frío —dije, restándole importancia.

—Perdón si te incomodé. No es mentira lo que dije, pero creo que en tu situación debes sentirte raro al escuchar algo así —dijo, apartando la vista de mi rostro y escondiéndose un poco—. Es solo que me sorprendió verte o más bien ver que eras así. —Al parecer no mentía, y como se cubría con una manta de pordiosero en un callejón, no parecía tener mucho más dinero que yo.

—Entonces, gracias. No estoy muy seguro de serlo, pero gracias por decirlo.

Sonrió y me miró otro poco.

—Y ¿por qué alguien como tú está en la calle un día tan frío? —Sé de sobra que eso no debo preguntarlo, sin embargo, él no se ve como los demás.

Jabón y un par de besosWhere stories live. Discover now