Único capítulo

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❝¿Qᥙιᥱ́ᥒ sᥲbᥱ dᥱ hᥱᥴhιzos qᥙᥱ dᥙᥱrmᥲᥒ ᥣᥲs ρᥱᥒᥲs? ¿Qᥙιᥱ́ᥒ sᥲbᥱ dᥱ ρóᥴιmᥲs ρᥲrᥲ oᥣvιdᥲr? Sι ᥣᥲ brᥙjᥱrίᥲ ᥱs ᥴᥲρᥲz dᥱ ᥴᥙrᥲrmᥱ ¿dóᥒdᥱ ᥣᥲ ρᥙᥱdo ᥱᥒᥴoᥒtrᥲr? ❞

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Cuando sucedió por primera vez, fue como si un balde de helada y cruenta agua le golpeara con furia sobre la cabeza y empapando todo su cuerpo.

Siempre pensó que eran tonterías, estúpidas leyendas contadas por viejos que intentaban asustar a los niños. La historia de una enfermedad que te asesina lentamente por amor no era más que la mayor tontería que hubiera escuchado jamás, hasta que él fue la víctima.

Y el dia en el que todo ocurrió sería para recordar.

Llevaba un tiempo pensando acerca de sus propios sentimientos, algo muy poco usual ciertamente, sin embargo, su visión sobre una persona en específico había comenzado a cambiar con el pasar de los días; al principio consideró este síntoma como algo normal, pues era verdad que ambos habían comenzado a formar una notoria amistad y eran pocos los seres con quienes podía decir que era "cercano", el problema comenzó cuando se dio cuenta que sentir su corazón acelerarse y su cuerpo temblar ante su presencia no era lo que sucedería con un amigo cualquiera.

Aquel día, el timbre interrumpió la clase del profesor Aizawa como era usual, provocando que la mayoría se levantara con prisa para escapar a hacer sus propias actividades. Él, por su parte, guardó sus cosas con calma para después levantarse y ser de los últimos en salir.

Mientras caminaba por el pasillo, le miró alejarse junto a otros de los chicos de la clase sin preocupación alguna, sintiendo nuevamente esa extraña sensación en el pecho. ¿Acaso era amor? ¿O una simple atracción? Después de todo él era... Diferente.

A él siempre le atrajo lo diferente.

Sin saber aún la respuesta, tuvo el impulso de alcanzarlo entre la multitud, sin embargo, al momento de intentar dar el siguiente paso, inició lo que sería su más temible pesadilla.

El aire comenzó a faltar en sus pulmones, se sostuvo la garganta sintiendo desagradables deseos de devolver el desayuno de esa mañana a causa de la incómoda y dolorosa sensación en su garganta, como si algo se hubiese atorado en ella y le impidiese respirar.

Se apresuró hasta el baño más cercano y cerró el cubículo para poder expedir aquello que le molestaba, inclinándose sobre el váter para ello, pero lo que sintió no fue nada que hubiese esperado.

Pétalos, pétalos rosados se encontraban en su boca y flotando sobre el agua. A pesar de la confusión generada por aquella inusual visión, no recordó en aquel momento la ridícula historia sobre la enfermedad que le había contado su abuela cuando era apenas un infante, así que tiró de la cadena y sin más se retiró a su habitación por lo que quedaba del día.

Pensó que aquel incidente no sería más que una extraña casualidad, sin embargo, al siguiente día volvió a pasar, y también al siguiente, avanzando de una forma tan alarmantemente veloz que, apenas pasada una semana, los pétalos salían acompañados de pequeñas cantidades de sangre.

Todos los días sentía que el aire abandonaba sus pulmones, sus compañeros se habían extrañado al verlo más retraído que de costumbre; nunca los acompañaba a almorzar y había comenzado a verse más delgado; sus notas habían bajado incluso en los exámenes físicos, pues no rendía adecuadamente. Algunos se acercaron a preguntar, pero decidió que no era relevante preocuparlos.

HanahakiOù les histoires vivent. Découvrez maintenant