The returnless forest (Ross L. fanfict)

17)

Luego de haber tenido una pequeña pelea con Ross debido a explicarle que no saldría con él esa misma tarde, corrí al hospital a visitar a Bran.

—Buenos días, ¿en qué puedo ayudarte? — dijo la secretaria del hospital al notar mi llegada.

—Quisiera ver a Brandon Minserewr — contesté. Bran había sido nombrado con el apellido de su madre al nacer ya que su padre había abandonado a su madre al enterarse de su embarazo.

La secretaria me indicó la dirección de su habitación, le agradecí y finalmente me dirigí a la misma.

Al entrar noté que su madre estaba a su lado haciendole compañía, estaba segura de que no lo había dejado solo ni un minuto. 

Bran se notaba peor que la última vez que lo había visto. Aquellas familiares ampollas no habían tardado en aparecer en todo su rostro y estaba completamente pálido. Incluso le costaba respirar.

—Al fin has llegado, Hilary. Bran suplicaba tu visita.

—Muchas gracias por avisarme que estaba aquí. 

—Voy a dejarlos solos, cualquier cosa llámame. —respondió acariciando el cabello de Bran.

Salió por la puerta color beige con un leve sonido.

—Bran... — dije observandolo con mis ojos invadidos en ternura y pena.

—Estoy bien, no te preocupes.

—Tengo que encontrar una forma de ayudarte. No es posible que estes tan grave, tan repentinamente.

—Anoche soñé con la causa de todo esto. — dijo con su voz entrecortada.

—¿Qué causa?

—Lo que causó la desgracia en esas personas, Hilary. Que esten de esa manera: enfermos.

Lo observé aún más extrañada.

—Fue un volcán.

—¿Eh? nunca existió un volcán en Virginia.

—Es lo que tú crees. Fue hace centenares. Virginia fue sorprendida por la erupción de un enorme Volcán que acabó con toda la población, destruyendo la ciudad a su vez.

—Sólo fue un sueño, Bran...

—¡No fue un sueño! ¡fue real! —gritó de forma violenta.

—Las personas murieron, sin dejar un solo sobreviviente. Y es por eso que las hemos visto en esa "Antigua Virginia" ¿entiendes? son ellos, son todos ellos los que han muerto.

—No sé que decir...

—¿Recuerdas a esos kleine mannen? son ellos de los que te estoy hablando.

—¿Pero no se supone que deberían estar muertos?

—Es una ciudad fantasma, Hilary. El nombre lo dice todo.

—Pero ¿qué te va a suceder ahora?

—Ya basta. Quiero morir, Hilary ¡quiero morir! —comenzó a gritar nuevamente moviendo su cuerpo en todas las direcciones.

—¡Quédate quieto!

Brandon se quitó el suero de su brazo izquierdo. Intenté detenerlo pero sus movimientos eran muy precoces y astutos. Parecía que otra persona se había adueñado de su cuerpo.

—¡Basta! ¡Enfermera! ¡Sarah!

En cuestión de segundos la habitación estaba repleta de enfermeras y por supuesto la madre de Brandon las acompañaba. Sus rostros quedaron pretrificados al observar a Bran.

Extrañada, giré mi vista en torno a Brandon y allí estaba: sus brazos estaban sangrando y sus ojos estaban completamente abiertos mirando el techo, sin pestanear. 

Sarah comenzó a llorar, gritando a la vez. Una enfermera la acompañó a la salida tratando de tranquilizarla.

Las demás corrieron a Brandon con el fin de reanimarlo, llamando a todos los doctores que fuesen necesarios a través de un teléfono especial.

Estaba en shock. No podía parar de mirarlo, de mirar sus ojos penetrados en el techo, sin observar otro lugar.

Una mujer me tomó del brazo con dureza preguntándome qué había pasado y si tenía algo en común con la situación.

Negué sin ganas. 

Sólo quería irme a mi casa a llorar, de todas formas nada podría devolverme a Bran sano y salvo.