Capítulo II

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El niño se despertó con una sensación pesada y triste en su corazón, pero rápidamente la oculto de su rostro al ver entrar a su madre a la habitación.

No deseaba ir más a la escuela, no quería encontrarse con esos niños que lo molestaban tomaban sus cosas y se las pasaban mientras él intentaba recuperarlas mientras que los otros compañeros del salón se reían.

No sabía como reaccionar ante eso, sus ojos lagrimeaban, su mente alcanzaba a reconocer que se estaban burlando de él, pero en su interior se negaba a creerlo. No dejaba salir sus lágrimas y en cambio sonreía, tratando de verse fuerte, aparentando una actitud de indiferencia.

Algunos días le lanzaban bolas de papel.

Otros días le escondían sus cosas.

Cada día era una batalla levantarse, mirar a su mamá con una sonrisa, contarle a su papá como le había ido en la escuela. No contarles que en la primaria lo molestaban, que no lo querían le provocaba un malestar muy grande.

Un día se encontraba caminando hacia su casa, su mirada fija en el suelo.

De repente, setropezó con alguien, y al levantar la mirada vio a una niña de cabello largo negro, ojos del color de la luz que ilumina la luna con una piel blanca como la nieve. Lucía un vestido liso color amarillo.

Sus ojos se abrieron grandes, era tan bonita, pensó que se quedo mudo por unos momentos.

La niña le sonrió y le dijo: -Hola.

Su corazón sintió saltar de alegría al escuchar esas palabras

Hola- le dijo el niño de vuelta bajando la mirada rápidamente avergonzado por la tierna sonrisa que le dedicaba la niña.

Lo siento he tropezado contigo- le dijo el niño, su voz casi sonando como un susurro.

No hay problema- le dijo la niña. Tan cálida como su sonrisa.

-¿Cómo te llamas?

-Caleb-. respondió el pequeño.

-¿Y tú?-. Se aventuro a preguntar a pesar de que sentía sus mejillas rojas como un tomate.

-Yo soy... Lis ¡Mucho gusto!- . Le tomo la mano, balanceándola frenéticamente.

El niño estaba admirado de su belleza y actitud. Su voz denotaba alegría y diversión.

El solo sentía tristeza y miedo, de todo, todo el tiempo.

-¿Qué tienes?-. Le pregunto Lis, inclinándose hacia él para luego  observar la mirada perdida de aquellos ojos cafés.

-Nada-. solo estoy ansioso por llegar a casa.

Era el único lugar donde se sentía bienvenido.
...

Lis era la estrella que se había transformado en humana para ayudarlo a encontrar su camino.

-¿Estás en primaria?-.

-Sí.

-Y tus amigos, ¿Dónde están? ¿Por qué caminas solo?-.

-Yo hmm.. no tengo amigos-. El niño no se explicaba porque era tan fácil hablar con ella.

-¿No tienes?-.

-No-. lo dijo con una expresión triste, cabizbajo.

-Entonces, ¡Yo seré tu amiga!-.

El niño sonrió grande, su primera amiga, ¡No podía creerlo!.

-Los amigos se cuentan todo, así que puedes contarme lo que sea-. le decía Lis animándole a hablar para conocer la razón de su triste carita que mostraba aquella noche.

-¿Los amigos se cuentan todo? ¿Saldrían a jugar juntos, comerían juntos, verían películas juntos? ¿Será igual que en las caricaturas? ¿Dónde los amigos juegan y se divierten, comen helado y ríen sin parar?-.

¿Así se sentía tener un amigo?

¿Feliz, sin preocupaciones?

¿Su nueva amiga lo protegería de aquellos chicos?

¿Ya no se sentiría triste todo el tiempo?
.
.

Su mente estaba vuelta loca. Muchas ideas se dibujaban en su cabeza, se imaginaba jugando a las escondidas con su nueva amiga, yendo a comprar dulces juntos, andar en la bicicleta, jugar en los columpios, era como un sueño hecho realidad.

Tener un amigo...

-Entonces, ¿Jugaras conmigo?-. Caleb casi quería saltar de la emoción.

-Sí- no tenía mucho tiempo de haberlo visto, pero parecía que sonreía por primera vez en mucho tiempo.

Continuaron platicando un rato y luego se  fueron juntos a la casa de Caleb para jugar y jugar sin descanso. Así eran todos los días entre semana, Lis lo esperaba fuera de la escuela para dirigrse juntos a su casa  y se divertían hasta que anochecía y Lis se tenía que ir.

Un ángel, disfrazado como humano y que se hacia pasar por el papá de Lis, la recogía todas las noches.

Los ángeles, a diferencia de las estrellas, podían deambular libremente por el mundo de los humanos. Así mismo, las misiones de los ángeles eran muy diferentes de las de las estrellas...

Una estrella solitariaWhere stories live. Discover now