—¡YA, BASTA! —esa fue Lena, pero ya estaba cansada de tanta pregunta —. No, no volamos, tampoco brillamos  en el sol, no somos hadas, esa ridícula película nos deja muy mal —dijo molesta —. Tampoco nos volvemos murciélago, somos muy ágiles por eso pareciera que volamos...los ajos no nos causa nada, pero eso es un mito...la estacas directo al corazón son efectiva...las cruces también es otro mito, a no ser que sean de plata, eso nos daña incluso hasta matarnos.

—Mi transformación dura lo que yo quiera...me tengo que desnudar para transformarme sino la ropa se rompe...Lo intente —me miró de reojo —. Y no tengo pulgas —se rasco la cabeza, yo solté una carcajada por eso, Val me dio un golpe en el hombro —. Y la plata también es mortal para nosotros.

—Entiendo —dijo y nos miró como pensando —. Pero ustedes están a la luz del día, ¿no los daña?

—Mi padre y mi madre fueron humanos, que casi murieron, al agonizar Bill nos convirtió, no somos 100% vampiros, en simples palabras podemos soportar el sol.

—Entonces sus padres antes eran humanos—nos señaló a Lena y a mi, las dos a sentimos —. ¿Viven con ellos? —Lena fue quien asintió, Kara y Val se dieron cuenta que no asentí y con la mirada triste —. ¿Y tus padres, Juliana?

—Mi padre murió, y...y no se quien es mi madre...ni siquiera se si nombre —conteste cabizbajo, lagrimas amenazaron con salir —. Disculpen —dije eso y salí de la casa. Camine hasta el jardín y me senté al rededor de las flores que tenían tantos colores que parecía un arcoiris, sentí una mano en mi hombro, gire un poco la cabeza, era Val, me dio una sonrisa comprensiva y se sentó a mi lado.

—¿Quieres hablar? —me pregunto, la mire unos segundos, luego negué.

—No ahora —conteste —. Quiero otra cosa—le dije.

—¿Qué cosa? —preguntó.

—Un beso tuyo —conteste, ella pestañeo varias veces sorprendida.

—Juls...tenemos que hablar sobre esto —nos señaló —. Sabes que...

—Que no está bien, lo sé perfectamente —dije en un tono irritado y deje de mirarla.

—Juls...—no la mire —. Juls, vamos, mírame...Juls —sentí que se levantó y extrañe su compañía, sentí sus pasos que se movían de un lado a otro —. Sabes a veces me molesta tu actitud —le oí decir —. Eres a veces muy molesta, irritante, orgullosa, llevada a su idea, y otras veces...—se silencio, frunci el ceño quería oírla, me levante y al girarme la vi con las manos en los bolsillos traseros, cabeza agachada, me acerque donde ella, tomé su barbilla y levante su cabeza para que me mirara.

—¿Y otras veces que? —pregunté, me miró con sus brillantes ojos azules.

—Y otras veces...me encantas —yo sonreí —. Me encanta estar a tu lado... Me encanta como me sonríes y como me miras... Me encanta cuando te preocupas por mi...también como me tocas... Y más aun, cuando me besas —las dos sonreímos —. Es hermoso, pero...tengo esta angustia, este miedo dentro de mi...se que esto está mal, pero no puedo evitar pensar en ti todo el tiempo...mi miedo no es tanto por que nos descubran, es más por lo que pueda pasar, que nos separen o que haya una guerra... Soy la hija de un líder que lo concideran rey, eso es atacarlo directamente al corazón... Juls...yo —estábamos cerca tomé sus mejillas con suavidad —. No quiero que nos separen. No quiero perderte si ni siquiera te tengo.

—Si me tienes —le dije —. Nos tenemos aquí —señale su cien —. Y acá —señale su corazón —. Yo también tengo ese temor, pero prefiero vivir esto que siento en vez de pensar en lo que pasara más adelante — acaricie su nariz con la mía suavemente.

—Juls... —murmuró.

—¿Dime? —pregunté cerca de ella.

—Bésame —sonreí, la mire unos segundos, ya tenía los ojos cerrados, hice lo que me pidió, la bese, lo hice lentamente quería saborear cada parte de sus labios, Val tomó mi nuca y profundizó el beso, con su permiso ahora exploraba con mi lengua dentro de su boca, bese su lengua y ella la mía con necesidad, ladie la cabeza un poco hacia la derecha, suavemente ladie hacia la izquierda, nos separamos para nuestro pesar por la falta de oxígeno, sonreímos, le hice una seña para que entremos a la casa.

Cuando las dos entramos y nos dirigimos al living, lo que vimos nos dejó con la boca abierta, Lena estaba sobre Kara besándola apasionadamente, y la rubia no se quedaba atrás que tenía a Lena de la nuca.

—¡Ejem, ejem! —aclare la garganta y eso hizo que se soltaran, Lena por la impresión se cayó al suelo, si no decíamos algo el beso pasaría a otra cosa...cosa que no quería ver—. Lamento interrumpir.

—Si, claro —hablo Lena mientras se levantaba y Kara se acomodaba en el sillón, Val y yo sonreímos con picardia, hasta pasar a la carcajada, Kara y Lena se unieron y rieron de igual manera.

Cuatro amores prohibidos riendo.

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Chio 🐾🐾🌈

Dhampiresa [Terminada] Where stories live. Discover now