Recuerdos impregnados del primer amor | v.1 | Lan MeiLing

Capítulo 8 - A dos años; primera parte.

Se había dejado el alma en esas palabras porque quería cuidarlo y no quería que algo lo dañara, estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para curar la oscuridad que pudiera dañar su Núcleo Dorado y su corazón.

Lan WangJi aún puede recordar el escalofrío que recorrió su cuerpo cuando volvió a ver a Wei WuXian después de tres meses de búsqueda mientras la Campaña para Derribar al Sol estaba en su punto cumbre.

Después de que el Receso de las Nubes fuera quemado Muelle de Loto también ardió y los pilares de la familia Jiang, junto a una gran cantidad de discípulos, fueron masacrados. Mucho se habló entre los Wen sobre cómo Madam Yu se mantuvo luchando contra el Destructor de Núcleos aún con el cuerpo herido y cómo sólo dejó de dar batalla cuando su último aliento la abandonó.

Los hermanos Jiang junto a Wei WuXian habían huido y poco después sus caminos se separaron cuando Wei WuXian desapareció.

La primera vez que Lan WangJi se mantuvo tocando Inquiry no fue después del Primer Asedio al Patriarca Yiling, fue antes, cuando supo que Wei WuXian había desaparecido y pasadas las semanas no daba señales de vida.

Durante ese período de tiempo Jiang Cheng, ya recuperado y más implacable y fuerte que nunca, reconstruyó la Secta YunmengJiang desde las cenizas entre sudor y lágrimas y unió fuerzas con los Gemelos Jade de Gusu para atacar y debilitar a los Wen.

En esa época en la que salían a cazarlos se pactó una dupla conformada por el nuevo Líder de Secta Jiang, Jiang Cheng y el Segundo Jade de Gusu Lan, Lan WangJi. Aún si no conversaban más de lo necesario el trabajo en equipo era bueno y certero, escuchaban al otro y confiaban en sus habilidades en plena batalla.

Más de una vez Zidian electrificó con fuerza a algún enemigo que quisiera herir a Lan WangJi y Bichen atravesó carne y hueso para que Jiang Cheng se mantuviera a salvo.

Cuando fue el momento de ir tras Wen Chao se toparon con la sorpresa de que había alguien más rondando por ahí con el mismo objetivo que el suyo. Los cadáveres de los discípulos de la secta Wen eran masacrados tan grotescamente que inclusive daba risa, aunque no una alegre. Era algo tétrico, rayando en lo aterrador, por toda la energía resentida que se dejaba en el camino.

Un día antes de que volviese a ver a Wei WuXian descubrió que los talismanes para alejar el mal que encontraban en todas las Oficinas de Supervisión de los Wen habían sido alterados para que en lugar de alejarlo atrajeran el mal.

Lan XiChen le pidió a su hermano que tuviera cuidado y procuraba tenerlo al tanto si escuchaba algo que tuviera que ver con Wei WuXian. El Primer Jade siempre había estado enterado de los sentimientos de Lan WangJi.

La noche en la que volvió a cruzar palabras con el hombre del que se había enamorado la emoción de saberlo vivo se transformó en miedo por lo que vio y sintió.

El siempre alegre y sonriente Wei WuXian había desaparecido. En su lugar un hombre de aura oscura y vengativa había convertido a Wen Chao en un payaso llorón y con miedo. No sólo eso, había hecho huir también al hombre que mató a los señores Jiang e hirió a Jiang Cheng, al Destructor de Núcleos.

Lan WangJi había estado a punto de saltar del tejado en el que estaba pero la sorpresa lo tenía tan paralizado que sólo atinó a susurrar «Wei Ying» en un hilo de voz que apenas llegó a sus propios oídos.

La energía oscura que lo rodeaba y los fantasmas que lo acompañaban tenían el corazón de Lan WangJi martillando con fuerza hasta el grado de sentir dolor. Y el dolor se debía al que él podía ver en los ojos de Wei WuXian. Aún si lucia arrogante y todopoderoso Lan WangJi percibió todo el sufrimiento que había detrás de esa actitud vengativa, por eso se empeñó en saber cómo había logrado dominar la energía resentida y había buscado y practicado hasta el cansancio nuevas melodías que alejaran la oscuridad de él.