Capítulo 2

25 3 0
                                    

Empiezo abrir lentamente sintiendo pesar mis parpados hasta tenerlos completamente abiertos.

- Despertaste... -Se oye una risa leve, pero, linda.

Volteo y veo a Roger mirándome, guardando un arma.

- ¿Que costumbre tienen con clavar cosas en mi piel o dejarme inconsciente? -Lo miro molesta.

- Ninguna, solo te inyecte un tranquilizante para dormirte, solo un par de horas. -Me mira- tranquila.

Ruedo los ojos para luego incorporarme y veo que vamos en un coche negro

- ¿Cuánto llevo dormida? ¿A dónde vamos? -Lo miro

- Algunas horas. Estamos en México, nos dirigimos a mi casa -Dice serio.

- ¿Que?, no, llévame a mi casa.

- Iremos a mi casa y mañana veremos qué pasa contigo. ¿Estamos?

Ruedo los ojos y miro por la ventanilla pasa media hora hasta que llegamos a una casa, era enorme y hermosa por fuera.

- ¿Esta es tu casa? -lo miro sorprendida- Mejor dicho, mansión.

- Si lo es. -sonríe - Bienvenida

- Es enorme, ni que fueras un millonario -Rio leve y el me mira sonriendo de lado.

- No.., solo soy un lindo niñito que heredo esto de sus padres - Ríe un poco.

Se detiene el auto y bajamos,

-Ven, te ayudo. -Dice Roger para tratar de tomarme en brazos.

-No te preocupes, puedo sola. -Digo mirándolo seria.

-Esta bien. -Responde.

Empiezo a caminar con cierta dificultad con ese tipo detrás de mí. Llego a la entrada y Roger se posiciona al lado mío. Se abre la puerta puedo ver a una mujer de mediana estatura, cabello blanco, piel clara, ojos azules, se veía de edad mayor.

- Buenas noches señor. -pronuncia la mujer mirándolo y luego a mí sorprendida por su expresión para luego dedicarme una cálida sonrisa. Se hace a un lado dándonos paso a Roger y a mí.

-Permiso -Digo suavemente.

La mujer solo sonríe y cierra la puerta detrás de nosotros. La casa se veía aún más grande por dentro, el suelo era blanco, la mayoría de los muebles negros, otros cafés, hacia el lado izquierdo se veía una enorme escalera color café muy hermosa, en el techo colgaba un gran candelabro dorado, se veía todo de lujo y en perfecto orden y limpieza, seguro este hombre se baña en dinero.

- Emma -Roger llama mi atención - ella es Blanca, Blanca ella es Emma, se quedará unos días con nosotros.

- Un gusto señorita -dice la mujer con una sonrisa.

- El gusto es mío -Sonrió igualmente - Pero solo me quedare esta noche.

Roger solo sonríe de lado.

- Emma, blanca es la cocinera de esta casa. -Pronuncia Roger.

- Ya sabe señorita, tiene algún antojo, vaya a la cocina -Me mira Blanca

- Gracias Blanca -Sonrió.

- Bien Emma, te mostrare tu habitación, sígueme. - Pronuncia Roger y se dirige a las escaleras. - ¿Has volado en helicóptero antes? - Pregunta mirándome con una leve sonrisa mientras caminamos por el pasillo.

- Pues no, fue la primera vez, aparte no tengo tiempo ni dinero para darme esos lujos.

- Pues acabas de viajar incluso en avión. -dice.

Voy a responder, pero se escucha un llanto.

- ¿Y eso? -Pregunto.

-Son mis hijos - Me mira deteniéndose.

- ¿Tus hijos? - Sorprendida

- Acompáñame. -Pronuncia

Entramos y puedo ver que es una habitación grande de color morado, veo dos cunas en el centro muy bellas y me acerco a ella encontrándome con dos bebes, una niña y un niño. La pequeña llorando hasta que me ve me empezando a detener su llanto y da una pequeña sonrisa extendiendo sus manitos mientras el otro pequeño solo me observaba detenidamente.

- ¿La puedo cargar? - Miro a Roger que se encontraba mirándome algo extrañado.

- Esta bien, pero ten cuidado, es tarde y deben dormir. -Responde observándome y luego a los bebes.

La cargo y sonrió, su carita es muy linda, se ve tan delicada, sus ojitos son tan tiernos, dando una mirada tan tierna. Ríe leve y la levanto más poniéndola más cerca de mi rostro, ella extiende su manito, toca mi mejilla y sonríe, mira a Roger que este se acerca.

- Tienes los mismos ojos que Victoria - Sonríe y carga al otro pequeño el cual me mira divertido y luego juega con sus manitos.

- Así que tu nombre es Victoria - Sonrió.

La observo la cual va cerrando sus ojitos quedándose dormida. La dejo en la cuna acostada delicadamente y volteo donde Roger

- ¿Y cuál es el nombre del niño? - Sonrió mirando al pequeño.

- Su nombre es Jack -Dejando al bebe en la cuna, el cual bostezaba cerrando sus ojitos. - Bien vamos a tu habitación.

Asiento y salimos de la habitación, caminamos por los pasillos hasta llegar a una puerta blanca y la abre.

- Esta será tu habitación, tiene baño personal y todas sus comodidades, si gustas te duchas. Yo estaré a bajo, cuando termines baja a cenar - Dice.

Me mira a los ojos detenidamente provocando un escalofrió que recorrió toda mi espalda.

- Esta bien, gracias, pero deseo descansar, no tengo apetito - Digo algo nerviosa.

¡Que deje esa mirada!

-Lo mejor es que comas algo ¿Sí?, estas casi sin fuerzas y herida, le diré a blanca que en diez minutos te suba la cena. Hay un pijama encima de la cama, cualquier otra cosa que necesites solo llamas a blanca, hasta mañana.

-Hasta mañana. -Susurro.

Él se va desapareciendo por el pasillo.

La habitación era hermosa, puedo observar la cama era una matrimonial, blanca con toques morados, mi favorito, menuda suerte., camino hasta ella y me siento, era cómoda, luego de unos minutos entro al baño y me empiezo a desvestir para darme una ducha. El baño era como otra habitación tenia de todo, muebles con productos para el cuerpo e higiene, con razón dijo Roger que tenía comodidades. Entro en la ducha relajándome, no puedo evitar pensar de como llegue aquí, estoy en la casa de un completo desconocido, pero no lo siento así., después de minutos salgo y me envuelvo en la toalla hasta secarme con cuidado por las heridas, me acerco un espejo viendo mi rostro, herida en el labio, moretones en el cuello.

Maldito Shaem.

Salgo del baño y me dirijo a la cama, levanto el pijama, es de seda color blanco, me lo coloco y me queda bien. Siento a alguien tocar la puerta, camino y la abro encontrándome con Blanca que tiene una bandeja con comida.

-Señorita le traje la cena -Pronuncia.

-Muchas gracias -Sonrió y recibo la bandeja viendo un plato tres platos con sopa, ensalada, pan y una taza de té.

-De nada, permiso. -Sonríe y se retira cerrando la puerta.

Camino hacia el velador y dejo la bandeja, empieza a sonar mi estómago, si tenía bastante hambre. Termino de comer y sin más me recuesto decidiendo dormir ya mañana seria otro día, necesitaba descansar.


Sombra Del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora