—Cerca. Dime lo que vez de mí.

Solté un aire nervioso.

—¿De verdad quieres que te lo diga? —este asintió—Bien—dije para después concentrarme en sus ojos, aquellos castaños y miel que tanto me gustaban—Eres un chico que alguna vez fue alegre—mencione mientras recordaba la foto de la pequeña y él cuando fui a su casa—y que no era así de apartado con los demás, pero algo ocurrió, no se... ¿algo familiar?, en cambio a mí, tú quieres alejar a la gente para que no sepan tu secreto, y yo, yo solo quiero que la gente se acerque a mí para que no llegue a sospechar nada. Eres serio, pero por dentro quieres reír, pero te reprimiste a ti tanto que te acostumbraste a ello y ya no te incomoda...—sintiendo que algo dentro de mi cuerpo se llenaba de curiosidad e intriga, no pude evitar tratar de descifrar lo que Dylan tenia dentro de sus pensamientos, ni una pista, y es que además de que no demostraba alguna señal de aflicción, recordé que por eso mismo tenía el apodo de intocable—... ¿Dylan, que te paso?...

El castaño pareció darse cuenta de mi interés por la forma en que lo dije, y es que no aguantaba más, tenía que saberlo. Pero la campana sonó indicando que teníamos que entrar a clases.

—Nos vemos, mañana.

<<Carajo>>

Apreté los labios en una sonrisa y asentí con la cabeza diciéndome a mí misma que tal vez jamás sacaría ese secreto a luz de él, si él no estaba listo para decírmelo.

Me levante de aquellas gradas, guarde mi emparedado dentro de mi mochila y la colgué sobre mi cuello y hombro. Y cuando creí que todo había terminado baje las viejas escaleras para ir a clase.

—¿Al menos puedo mensajearte? —Su pregunta me hizo sonreír.

—Creí que después de esto no ibas a hablarme—le dije con sinceridad.

—¿Eso es un sí? —Pregunto en el momento que llego hasta donde yo. Y se acercó, demasiado, rozando su nariz con la mía y enviando un cosquilleo caliente a mi vientre, asentí con una risa que se me escapo.

—Sip...aunque parece que no escuchaste nada sobre mis expectativas de una relación. —hable, pero la sonrisa se me fue borrando cuando sentí su mano tocar por primera vez mi cintura. Un calor y cosquilleo creció dentro de mí pecho.

—Lo escuche—afirmo— y por cierto, vas a llegar tarde a clases—me advirtió con sus labios rozando los míos.

—Lo sé...tu igual—dije casi derritiéndome cuando su cálido aliento se mezcló con el mío.

—¿Quieres llegar tarde a clases? —murmuro suave con una voz que nunca había escuchado en él, al menos no que me hiciera sentir fallecer.

Pero lo que mis oídos escucharon fue como "¿Quieres besarme?"

—No creo que unos minutos hagan daño.

Apenas sonreí cuando Dylan choco sus labios con los míos, pegando su cuerpo al mío cuando sus manos me atrajeron. Ahí pude darme cuenta de cómo él y yo habíamos querido el contacto de nuestros labios juntos.




—¿Puedo...ah...pasar? —pregunte con una sonrisa al profesor, quien Dylan y a mí nos miró con algo de odio.

—Sí, pero ya he cambiado a todo el salón de compañeros, así que creo que usted señorita Mendes ira con la señorita Black y usted señor O'Brien ira con la señorita Mir—señalo a Ashley que se encontraba hasta el fondo.

Asentí y yo camine a mi nuevo asiento, y mi compañera parecía tener el apellido perfecto, pues vestía todo de negro. Trate de saludarla pero no contesto. La única ventaja era que me toco los asientos de atrás, claro hasta la esquina izquierda, Dylan estaba en la contraria.

Intocable ➳ DO'B©Where stories live. Discover now