Capítulo 86: Felicidad.

Start from the beginning
                                    

"Leticia Mendiola," las manos de Fernando reposaban sobre la cintura de ella "¿de cuándo acá tan desesperada?"

"¿Yooooo?" Le contestó ella, sonrojándose por completo. "Lo único que quería es asegurarme que seas completamente feliz." Leticia lo besó nuevamente, aun sobre él.

"Tú siempre me has hecho feliz." Fernando le dio un suave beso en los labios antes de que ella se levantara y comenzaron a vestirse. "Oye mi amor, ¿cuándo tienes cita otra vez con el doctor Meléndez?" Fernando no recordaba que se lo hubiese dicho, ya que el día de la última cita, Fernando se quedó en casa cuidando de Andrea y Lety fue con Carolina.

"No tengo una cita programada con él. ¿Por qué?" Le preguntó Lety distraída abotonándose su jeans.

"Porque como que nos fuimos de cero a sesenta sin que te lo aprobara." Fernando también se vestía mientras hablaba.

"No necesitamos su aprobación. En la última cita lo dejó a mi discreción. Mi cicatriz estaba sanando adecuadamente y ese mismo día me dio la receta para los anticonceptivos. Tu solito te inventaste el pretexto de que necesitaba aprobación médica para rechazarme." Le dijo ella concentrándose en abotonar su blusa para evitar su mirada conocedora.

"Leticia no digas eso." Fernando se acercó a ella, levantando su rostro con un dedo debajo de la barbilla. "No sabes lo difícil que se me hizo controlarme por casi dos meses."

"Si tú lo dices." Leticia se encogió de hombros.

"Leticia Mendiola, ¿dudas de mí?"

"Claro que no, no te ofendas." Lety besó su mejilla antes de darse la vuelta y sentarse en una de las sillas frente al escritorio.

"Amor, ¿dijiste que te recetó anticonceptivos? ¿Para qué?" Fernando se sentó en su silla confundido.

"Prevención. Mientras mi útero cicatriza por completo, podría volver a quedar embarazada, lo que sería muy peligroso para mí, causándome una hemorragia interna."

"Leticia Padilla Solís de Mendiola," Fernando levantó la voz. "¿Y por qué demonios no me habías contado eso?" Golpeó su escritorio con la mano abierta, asustando a la bebé quien empezó a llorar en el instante.

"Cálmate Fernando, por Dios." Dijo ella poniéndose de pie para cargar a su hija.

"¿Como quieres que me calme? Tu debiste contarme lo que dijo el doctor para yo también cuidarte."

"Tienes razón, debí habértelo dicho, pero yo pensé que sabias los detalles de mi infertilidad."

"Lety, ¿tú crees que si lo hubiese sabido me hubiese pasado todos estos días haciéndote el amor sin tomar más precauciones?" Fernando intentaba controlar su voz para no asustar más a su hija. "¡Claro que no! Yo no arriesgaría tu vida de esa forma. Yo pensé que al un doctor decir 'infertilidad permanente' ese era el fin de todo."

"Calme Don Fernando, calme." Leticia le hablaba suavemente, meciendo a su hija de lado a lado en la silla frente a él. "Es permanente en el sentido que no hay ningún remedio. Cuando mi útero cicatrice por completo, va a ser tan pequeño que un embrión no podrá pegarse nunca para crecer y convertirse en bebé. Pero hasta que eso ocurra, sigo siendo igual de fértil que antes. Pero un embarazo con mi útero tan débil resultaría en un desgarre de la matriz que es prácticamente imperceptible hasta que es demasiado tarde."

"Leticia, Leticia, Leticia." Fernando puso su cara entre sus manos. "Maldita sea, ¿por qué no me lo habías explicado antes?"

Leticia se puso de pie y se acercó a él, abrazándolo por los hombros con su brazo libre. "Perdóname mi amor. Yo pensé que el doctor ya te lo había explicado cuando estábamos en el hospital aún." Leticia acarició su mejilla, antes de levantarle el rostro para que la viera a los ojos. "Pero, amor, no te pongas así. Hace mucho que estoy tomando las pastillas. Desde que salí del hospital. Tranquilo."

"A lo mejor sí, pero yo también te podía haber estado cuidando todo este tiempo. No me perdonaría que te pase algo porque yo solo estuviese buscando mi placer."

"Nuestro placer." Lo corrigió ella.

"No me quieras hacer sentir mejor." Fernando sacudió su cabeza. "Espero que hayas disfrutado esta tarde, porque no habrá más hasta que estés completamente fuera de peligro. Y eso es final."

"¿No quieres saber cuánto puede tardar eso en ocurrir, antes de tomar una decisión como esa?" Leticia se sentó nuevamente sobre el escritorio de Fernando, meciendo a la bebé con ambos brazos.

"No importa lo que tarde. No voy a poner tu vida en riesgo por placer."

"Entonces eres más fuerte que yo. Va a ser un año y medio muy, pero muy largo."

"¿QUEEEEEEEEEEEE?" Fernando se puso de pie de un brinco. "¿Año y medio?" repetía el, caminando nerviosamente frente a la ventana con las manos en los bolsillos.

"¿Sigues pensando igual?" Leticia presionó sus labios para evitar reírse.

"Ehhh, yooo, ehhh, si claro que sí." Fernando se pasó una mano por el cuello.

"Fernando..."

"No." Fernando se acercó a ella, tomando su rostro entre sus manos para cubrirlo de besos. "Claro que no. Pero mi Lety esto es muy peligroso para ti."

"Mi amor, doctor Meléndez y yo ya vimos todas las posibilidades, y él está seguro de que no tendremos ningún problema mientras yo sea diligente con las pastillas. Y en año y medio las dejare de tomar por completo."

"Está bien. Te creo. Pero Leticia estas cosas las tenemos que hablar, nunca asumas que yo sé o que yo entiendo por qué podre ser todo un encanto, pero no soy adivino. Yo sigo siendo un hombre que solo puede pensar con una cabeza a la vez."

"Jijijiji. Eso no es absolutamente cierto. También piensas con el corazón."

"Solo cuando de ustedes se trata." Fernando besó la cabeza de su esposa y luego la de su hija quien se había vuelto a dormir en brazos de su madre. Él tenía otra cosa que decirle, pero un golpe en la puerta los interrumpió.

La Fea Más Bella: Y Llegaste TúWhere stories live. Discover now