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“Nervios”


—Deja de molestarme.

Kim había hecho la décima tercera videollamada a su ex-compañero, Jade.

Luego de lo que paso en la mañana con Minho, no fue diferente, él seguía actuando como siempre no parecía afectarle confesarse de esa manera, pero la chica ahora se le dificultaba hablarle sin desviar la mirada, que se sonrojara o le diera un ataque de nervios, la menor ahora estaba en un momento de confusión.

No es que no sintiera algo por el mayor, pero tampoco tenía muy claro eso, ahora que sabía los sentimientos de él, su mente y corazón eran un caos, así que recurrió a su confiable cubo de hielo consejero, osea el extranjero. Cosa que él no se esperaba, ya que muy rara vez hablaban desde que la fémina regreso, y como él es un dulce de leche.

Jade~ no seas así, lastimas mis sentimientos —dijo la de cabello oscuro.

—Ajá, ¿que deseas, ser tierno pero molesto? —preguntó acomodando su cabello con su mano.

—¿Como esta unnie? —escondió su rostro con el peluche, oyendo las quejas del chico—. Perdón.

—Ella esta bien, ahora debe estar afuera, no me importa mucho. ¿Has hablado con tus padres?

—Sí, siempre me llaman en la mañana y hablo con ellos a veces en la tarde —respondió sonriendo—, me dijeron que tal vez iban a quedarse allá hasta nuevo aviso.

—Genial, y tú allá, ¿tienes un tutor legal al menos? —Jade también era muy protector, sabrá Dios porque—, aún eres menor de edad Kimi.

—¿Tutor legal? —ladeó la cabeza intentando entender—. ¡Oh un tutor legal! Esperame aquí.

Salió de su habitación y fue a la de Chris, el mayor estaba allí en su computadora.

—¡Chan oppa~! —el nombrado fijo su vista rápidamente en la menor—. ¿Tú eres mi tutor legal aquí, verdad?

—Sí, ¿porque?

—Dudas.

Se despidió de el y volvió a su habitación, encontrándose con Dark Bin en su silla con el teléfono en la mano.

—¿Que haces aquí? —le preguntó sentándose en sus piernas y mirar la computadora, la pantalla estaba en negro pero la llamada seguía.

—Nada, estaba aburrido, y veo que tu también —contesto.

—En realidad no, ¿Jade? —en la pantalla volvió aparecer el chico, que había puesto su dedo sobre la cámara—. ¿Porque hiciste eso?

—Para no tener que socializar —dijo.

—Me agrada el sujeto —comentó Changbin.

—En fin, respondiendo a tú pregunta, sí tengo tutor legal, así que no te preocupes. Estaré bien —sonrió.

—Vamos, ahora dilo sin llorar —se burló—. Vives con ocho hombres, cinco comprometidos y tres libres de hacer lo que quieran, uno es tu tercer amigo más cercano, los otros dos son unos idiotas, ¿que me asegura que ninguno te va a violar o que en cerio estarás bien emocionalmente?

Hug ;; Lee MinhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora