Mi ultima decisión- HP

- 𝟔. 𝐔𝐧 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐨 𝐭𝐨𝐫𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨

Su cara se volvió roja a la vez que llevaba sus manos a la boca. Cayó al suelo de rodillas y empezó a tener arcadas, segundos más tarde empezó a vomitar una asquerosa babosa mientras todos los hombres vestidos de verde reían.

Harry y Mione se llevaron a Ron con Hagrid, tenía algo que hablar con cierto rubio

— Eso fue muy maleducado, Draco

— Ella se lo busco, soy bueno jugando —dijo chasqueando la lengua — las escobas son solo una cortesía, todos nosotros somos amigos de antes

Lo pensé un poco y en parte tenia razón. La casa de las serpientes era conocida por albergar familias sangre pura y muchos de ellos contaba con lazos amicales desde la cuna. Tradiciones muy antiguas pero despues de todo eso eran, tradiciones. Aunque nada justificaría faltar el respeto de esa manera. Mi madre fue "una sangre sucia" por lo que yo pasaba a ser una mestiza tambien.

—Aun así, no tenías porque llamar de esa manera a Hermione— le respondí enojada

— Solo la llame por lo que es, a menos claro que no me haya enterado que venia de una familia de magos

— No, pero es una manera demasiado despectiva

Termine de hablar y me di vuelta en camino con Hagrid. Draco y yo eramos amigos, entiendo que sus padres lo hayan criado con la idea de que la pureza de la sangre es primordial pero eso no quería decir que sean ideas correctas ni mucho menos le daba el derecho de insultar. Llegue a la pequeña y rustica casa de Hagrid y me encontre a Mione con los ojos llorosos.

— No te angusties Hermione  — vi que el semi gigante le daba la mano a mi amiga — que no te afecte ni por un minuto

— Tiene razón— dije entrando a abrazarlas mientras veía como Ron seguía con un balde lleno de babosas — que seas o no nacida de muggles no tiene que ver con la calidad de persona que eres—  respondí dandole un abrazo.

Nos quedamos con Hagrid más tiempo conversando, era agradable conocer poco a poco más del castillo y cosas cotidianas de "esta parte del mundo". Harry, que debía tener su castigo, se despidió de todos y partió al castillo.

— Entonces, cuidar dragones ¿esta prohibido? — pregunté con un leve puchero

— Así es, solo los dragonistas pueden cuidarlos, son criaturas muy especiales. Charlie, el hermano de Ron, partió a Rumania para seguir esa profesión.

Mione y yo lo miramos asombradas, lamentablemente antes de que Ron pudiese decirnos algo tuvo que agachar la cabeza a seguir vomitando.

— Si— dijo en cuanto se recupero- hace pocos años se fue de viaje

— ¿Y cómo reacciono tu familiar?—  pregunté intrigada

— Mi mamá fue la que se puso más triste, seremos muchos hermanos pero le dolió ver un hijo partir ¡hasta se lo quiso impedir! pero era lo que quería, desde siempre lo supimos asi que no le quedo más que desearle lo mejor y hacer que jurara regresar a visitarnos

Hermione lo miró tierna y sirvió más te. Minutos más tarde, cuando Ron se recuperó y ayudamos a limpiar todo, nos dirigimos al comedor para la cena. Cuando llegamos ya estaba algo lleno pero igual encontramos un sitio para sentarnos, desde mi asiento pude ver a Malfoy y le dediqué una hermosa cara enojada a lo que el aparto la mirada. Al parecer Harry seguia en su castigo por lo que separé unas cuantas galletas antes de que se acabara la hora de la cena y nos dirigimos a buscarlo.

— Felizmente el profesor Gilderoy fue el que se encargó del castigo de Harry — mencionó Ron— imaginate cuando me toque a mi cumplir mi castigo con Snape, a Harry le tiene más odio desde el primer día de clase.