Meissa Potter sabe que no es normal, ella ni su hermano lo son. La llegada de una misteriosa carta da inicio a grandes aventuras, misterios por resolver y sobre todo saber más de ella, de su poder y la historia que conlleva. ¿Su forma de crianza afe...
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Me levanté de buen humor a pesar de tener clases desde temprano ¡Hoy haríamos la broma! Los sentenciados; digo, los elegidos aleatoriamente fueron el equipo de Quidditch con un regalo extra a cierto capitán que gustaba jugar sucio en los partidos. Tomé desayuno con Hermione, desde el incidente con aquel troll se había vuelto una gran amiga de todo el grupo aunque Ron seguía algo estresado cuando la castaña se pasaba de la mano con las clases.
Pedí permiso para retirarme un momento, los gemelos me llamaban desde unos asientos más lejos. Coordinamos lo que haríamos, me buscarían antes del almuerzo para entregarme las cosas y se asegurarían que todos los alumnos sobretodo los mayores estén lejos del lugar. Fui corriendo a clases de DCAO en las cuales no puse mucha atención pues mi mente vagaba en que harían los polvitos especiales en la ropa, no podía esperar.
— ¿Qué pasa? hoy has estado distraída— pregunta mi hermano
— Hoy es la broma — le respondo sonriente ignorando su cara de "¿en qué líos te metes?" — No es nada malo, no sabrán que fui yo
— Espero que no te metas en problemas
Asentí copiando lo que el profesor apuntaba en la pizarra, el resto de la hora pasó lento y aburrido al punto de desesperarme. Agradecí al universo cuando la clase acabó y los gemelos me esperaban a las afueras del aula; me acompañaron mientras discretamente ponían una pequeña bolsa en mi bolsillo. Paramos antes de bajar a las mazmorras que era el lugar donde se encontraba la sala común de Slytherin, respire lentamente tratando de cambiar mis rasgos a los de Pansy a la vez que Fred sacaba una corbata de la casa verde
— No preguntes como la tenemos— respondió antes de que siquiera preguntara.
Me desearon suerte y empujaron un poco para empezar a caminar. Espalda recta y mentón al frente caminando hacia la sala común, con miedo vi a Snape aparecer por donde debía ir, mordí mi labio pensando en que diablos le diría
— Señorita Parkinson ¿qué hace por acá? es la hora del almuerzo
— E-es que — dije pasando un poco de saliva — Se me quedó mi collar, es una reliquia de la familia
— ¿Y no lo podía recoger luego?
— Lo que pasa es que me siento rara si no lo llevo
— Esta bien señorita Parkinson pero no demore
Deje salir el aire que tenía guardado ¡Pensé que se daría cuenta!. Cuando llegue a la entrada murmuré la contraseña "la pureza de la sangre" para llegar por fin a la sala común, quedé maravillada al ver las grandes diferencias que habían.
