47: Raras invitaciones.

Start from the beginning
                                    

—Por supuesto—él dijo rápidamente, se veía decepcionado y avergonzado—. Eh no importa, esta bien.

Me sonrió como para asegurarme que todo estaba bien, pero en realidad yo me sentía horrible, soy una horrible persona, él se dio la vuelta algo cabizbajo.

—¡Cedric!—le grité cuando ya se estaba alejando, se dio la vuelta para verme—. ¿Me reservaras una canción solo para mi, cierto?

Él sonrió amable.

—Claro.

—Anwyll, por la luna ¿que fue eso?—Morgana exclamó—. ¡Ve tras él antes de que sea muy tarde!

—Ya esta hecho—me encogí de hombros, suspirando—. Aunque me siento terrible.

Deseosos de impresionar a los visitantes de Beauxbatons y Durmstrang, los de Hogwarts parecían determinados a engalanar el castillo lo mejor posible en Navidad. Cuando estuvo lista la decoración a las barandillas de la escalinata de mármol les habían añadido carámbanos perennes; los acostumbrados doce árboles de Navidad del Gran Comedor estaban adornados con todo lo imaginable, desde luminosas bayas de acebo hasta búhos auténticos, dorados,que ululaban; y habían embrujado las armaduras para que entonaran villancicos cada vez que alguien pasaba por su lado. Era impresionante oír Adeste, fideles... cantado por un yelmo vacío que no sabía más que la mitad de la letra. En varias ocasiones, Filch, el conserje, tuvo que sacar a Peeves de dentro de las armaduras, donde se ocultaba para llenar los huecos de los villancicos con versos de su invención, siempre bastante groseros.

Cuando Hermione me dijo que iba a ir con Victor Krum casi me atore con mi galleta, me suplico que no se lo dijera a nadie, cosa que obviamente acepte.

—Con razón estaba tanto tiempo en la biblioteca eh?—sonreí, molestándola, haciéndola sonrojarse un poco. Sin embargo no pude evitar sentir desconfianza, por lo que después de almorzar, fui directamente a la biblioteca donde ya estaba Krum, un grupo de chicas cuchicheaba detrás de él viéndolo y sonriendo nerviosamente. Sin embargo, yo fui directamente y me senté en la silla que estaba frente a él, pesadamente, causando un ruido estruendoso. Krum levantó la mirada.

—Muy bien. señor cejas—dije fijándome en sus cejas espesas—. Hagamos esto simple, se que invitaste a mi amiga Hermione, ¿cierto?

Él con la cara impasible, asintió.

—Bien, entonces, si le haces pasar un mal rato, o la haces llorar o veo una mueca en su rostro, romperé todo lo que amas, empezando por tu escoba....¿de acuerdo?—sonreí a lo ultimo, cualquiera que nos viera y escuchara debía parecerle ridículo, le llegaba a Krum al hombro,  era mucho mas pequeña que él y con un dedo el podría tirarme al suelo, pero poco importaba eso. Para mis sorpresa después de unos segundos de silencio, él asintió.

Solo te prreocupas por tu amiga—él dijo en un espeso y fuerte acento.—. No habrra prroblemas.

—Santo cielo, puedes hablar—jadeé sorprendida—. Digo, eh, genial.

Salí bastante satisfecha de esa pequeña charla.

🐉

Después de nuestra ultima clase que fue la evaluación de antídotos de Snape, estábamos yendo hacia el Gran comedor.

—Nos vemos en la cena—nos dijo Harry a Ron, Hermione y a mi,  estaba viendo con anhelo la mesa de Ravenclaw. Le prometí a Harry que nunca usaría mi legeremancia en él, pero no pude evitarlo. Abrí mi muro mental y me concentre en Harry, en que le estaría rondando en su cabeza, como se estaría sintiendo en este momento, me concentre en lo que quería, en lo que andaba rondando su mente las ultimas horas.

Laila Scamander y El Torneo De Los Tres MagosWhere stories live. Discover now