—Tenemos un problema, como un gran problema—le dije a Morgana que apareció a mi lado, vestida como siempre como una reina, ojala también hubiera venido su alma junto con su guardarropa.

—Tienes ese vestido que usaste para el funeral de esa tía lejana—Morgana apuntó—. Era muy bonito, negro y elegante...

—¡Era horrendo! ¡Y tenia 10 años, ya no me queda!

—Si, bueno, si era horrendo. Pero pídele a tu abuela Tina que compre uno y lo mande por correo.

Hice una mueca, sentándome en un lavabo.

—Mira, amo a mi abuela Tina pero....no se sobre sus gustos de moda, tal vez me envié un horrible vestido anticuado. Como la señora Weasley que le dio esa cosa horrenda a Ron.

—Anwyl, tranquila—dijo poniéndome las manos en los hombros—. Ahora hay que ver con quien iras al baile, el vestido puede esperar.

—Con Harry—me encogí de hombros.

—No te lo pidió.—ella alzó la ceja.

—Ya se que no, pero es obvio....¿cierto?—la vi confundida.

—No iras con tu Harry hasta que lo pida como el caballero que debe ser, que tal si quiere ir con esa chica...eh...Cho—ella se acordó de su nombre.

—Oh...—recordé como Harry se ponía algo tonto con Cho a su alrededor—. Tienes razón, ¿entonces que hago?

—¡Ve con Cedric!—ella exclamó emocionada.

—¡No quiero ir con Cedric! ¿Que si...me trata de besar?—entre en pánico, suspire—. Bien, no importa, de todas formas sera obvio que Harry me invitara.

Jamas había visto que se apuntara tanta gente para pasar las Navidades en Hogwarts, daba la impresión de que todos los alumnos de cuarto para arriba se iban a quedar, y todos parecían también obsesionados con el baile que se acercaba, sobre todo las chicas. Todas emocionadas que cambiaban impresiones sobre lo que llevarían la noche de Navidad. Yo de entre ellas, hablaba con mis amigas sobre que nos íbamos a ponernos, me emocionaba eso de ponerme un vestido y lucir bonita, claro mas de lo que ya soy, lucir como una diosa quedaba bien. Sin embargo cuando me preguntaban que me iba a poner, yo solo respondía que sería una sorpresa y cuando me preguntaban con quien también dije que sería una sorpresa. ¿Y porque? Ah, claro, habían pasado días, y el hijo de mi difunta y hermosa madrina no me había pedido ser su pareja. Varias chicas le habían pedido a Harry ser su pareja, pero el le había dicho que no a las chicas, una quedo bastante dolida y la otra que daba la impresión de que podría pegarle si se negaba de todas formas le dijo que no. Neville me había propuesto ir al baile, lo que encontré adorable,  y le dije lo mas amable que no, sin embargo señale a Ginny que estaba en el pasillo, y lo alenté a que le pidiera ser su pareja. Preguntandome porque Harry se demoraría tanto en invitarme.

En la mañana obviamente en El Profeta no había aparecido ninguna historia sobre Hagrid.

—No parecía muy interesada en criaturas mágicas, en realidad —nos contó Hagrid durante la última clase del trimestre, cuando le preguntamos cómo le había ido en la entrevista con Rita Skeeter. Hagrid abandonó la idea del contacto directo con los escregutos, y aquel día estabamos simplemente tras la cabaña y nos sentamos a una mesa de caballetes a preparar una selección de comida fresca con la que tentarlos.

—Sólo quería hablar de ti, Harry —continuó Hagrid en voz baja—. Bueno,yo le dije que somos amigos desde que fui a buscarte a casa de los Dursley.«¿Nunca ha tenido que regañarlo en cuatro años?», me preguntó. «¿Nunca le ha dado guerra en clase?» Yo le dije que no, y a ella no le hizo ninguna gracia.  Creo que quería que le dijera que eres horrible, Harry.

Laila Scamander y El Torneo De Los Tres MagosWhere stories live. Discover now