Cita a Ciegas

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"¡Oh no! ¡No éste sujeto, por favor!"

Keith se encogió en la silla lo mas que pudo al ver a Lance aparecer del otro lado del mostrador recién entrando al restaurante. Lance miró hacia ambos lados con incertidumbre, ciertamente buscaba a alguien con la mirada.

"¡Pidge!" Pensó Keith dejando escapar un bufido, "¡Esto es obra suya!" Casi pudo escuchar al gremlin verde reírse e incluso pensó que es probable que se encontrara en los alrededores para verlo hacer el ridículo. Ya le parecía sospechoso que le hubiera insistido tanto en concertarle una cita a ciegas, en particular con éste "amigo mío con quien tienes mucho en común" había dicho la muy tramposa. Lance traía puesta una chaqueta azul con blanco parecida a las de Formula 1, sin lugar a dudas era con quien Keith había quedado de verse. O tal vez era una broma dirigida a Lance y no hacia él, como quiera que fuera, "¡Esto no va a pasar!" gruñó Keith y se deslizó disimuladamente fuera de la mesa y la silla.

Llegó al piso y literalmente gateó pegado a los asientos para que Lance no lo viera, pero su "graciosa huida" despertó la curiosidad de los comensales que lo miraron de reojo mientras ponían aderezo en sus ensaladas, un niño pequeño no pudo disimular su asombro y señalando su trasero dejo escapar una carcajada inocente delatando su posición.

-¿Mullet?- escuchó a su espalda y supo que había sido descubierto, maldijo para sus adentros, disimuladamente metió la mano en el bolsillo de la chaqueta y se puso de pie.

-¡Ah! dijo con sus llaves en la mano - ¡Aquí están! - y las volvió a poner en su bolsillo como si nada hubiera pasado - ¡Hey...!

-Hey... - dijo Lance con un tono perplejo -¿Qué estás...? ¿Por qué estabas en el piso? ¿Qué haces aquí? - y lo barrió de arriba a abajo con la mirada.

Keith empezó a ponerse nervioso, no quería humillar a Lance y decirle que prefería arrastrarse hacia la salida antes que tener una cita con él. No es que Keith lo odiara, de hecho Lance era un buen chico, pero tenia una personalidad arrogante lo que hacía que a veces Keith lo hallara odioso y egocéntrico. Además, por alguna razón Lance tenia ésta idea de que había una rivalidad entre ellos que en realidad solo existía en su cabeza, motivo por el cual solían tener desacuerdos y a menudo acababan teniendo un intercambio de insultos sarcásticos que hacían que Keith perdiera la paciencia.

Ahora, Lance no era precisamente una lumbrera pero definitivamente estaba a punto de descubrir lo que realmente estaba pasando ahí, cuando sus ojos se fijaron en la chaqueta de cuero negra que Keith traía puesta sus cejas brincaron y Keith supo que tendría que mentir para librarse de ésta.

-¡Vine a almorzar! Ya me iba cuando mis llaves se me cayeron...- pero era tarde, Lance no dijo nada al principio, pero sus hombros se tensaron.

-¿Y las buscabas en cuatro patas?

-Pues, uh, ...si, se deslizaron bajo el asiento.

-Oh... ¿No será que... estabas agachado por otro motivo?

-¿Qué? ¿De qué hablas?

-Tal vez... No lo sé, uno podría decir que te estabas escondiendo.

-¿Qué? ¡No! Solo almorcé y ya me iba.

-¡Oh!- dijo Lance llevándose una mano al mentón y mirando la mesa vacía a su lado -¿Y que almorzaste?¿Estabas sentado aquí, no?

Keith miró la mesa en la que apenas y había una servilleta fuera de lugar. Por supuesto no había ningún rastro de que alguien hubiese comido en ella recientemente.

-Ah...

-Yo vine a encontrarme con alguien...

-¿Ah, si?- dijo Keith y se encogió de hombros, abandonando toda esperanza de salir de ahí con dignidad.

CITA A CIEGASWhere stories live. Discover now