• c u p i d o ; wos •

• - S E I S - •

Me acerqué a él con seguridad. Cuando su vista posó en mí, sonrió de costado y me saludó con la mano, haciendo que sus amigos notaran también mí presencia.

«como si no nos hubiéramos visto hoy» pensé divertida.

— ¡Hola Eve! — Me saludaron al unísono algunos del grupo.

Yo sonreí como devolución, y Valentín se acercó a mi para adentrarnos a caminar.

— ¿Se juntan a estudiar hoy? — Preguntó Tobo, viendo como nos juntábamos para irnos.

— Si, tenemos que arreglar algunas cosas del trabajo. — Sonrió apenas.

Una sonrisa salió de mi al ver como me cubría y no decía nada del tema. Me parecía un gesto re lindo, no podía dejar de pensarlo.

Los chicos asintieron, y mi vista se posó en Tadeo, quien noté que me miraba detenidamente.

— ¡Nos vemos! — Saludé a todos, y le sonreí a él.

— ¡Chau Eve! — Soltó sonriente, y todos lo miraron con picardía.

Fue bastante obvio, pero me dió ternura.

Y allí, con Valentín, comenzamos a caminar.

No nos hablamos hasta algunos minutos después de alejarnos de la escuela, en donde él comenzó la conversación.

— Se re dan con el Depa. — Soltó, con su mirada adelante. — Se les nota bastante.

Yo lo miré a mi lado, con el ceño fruncido. — Ay, que decís, tonto. — Lo empujé suavemente y el rió un poco.

— La verdad digo. — Elevó sus cejas con obviedad. — ¿Me vas a decir que no te gusta?

Yo le contesté con una mueca de indiferencia. — Me parece re lindo, te lo acepto.

— Le re das. — Interrumpió.

Reí por su actitud. — ¡Que pesado!

Valentin rió conmigo. Tenía una risa muy contagiosa, que me transmitía una linda energía cada vez que la escuchaba.

— ¿A vos no te gusta nadie? — Le pregunté, apenas volvimos al silencio.

Él negó con seguridad. — Nunca fui de enamorarme.

Lo miré curiosa. — ¿Hay alguna razón del porqué?

Valentin frunció el ceño y sonrió con diversión. — ¿Que te importa?

— ¡Dale idiota! — Lo volví a empujar y reímos.

En ese momento, me sentía cómoda hablando con Valentín. Nuestra charla estaba siendo divertida, y de total confianza, como si fuésemos buenos amigos de hace bastante tiempo.

— No hay ninguna razón. — Contestó. — Simplemente nunca sentí esa sensación de "enamoramiento" con nadie, siempre fueron ganas.

Mientras continuábamos charlando, entrabamos en la peatonal, la cual estaba llena de negocios de ropa o accesorios.

— Yo pienso que harías una linda pareja con Juli. — Elevó una ceja. — Serían lindos juntos.

«cupido modo on»

— ¿Porq-?

— ¡Cuidado! — Se escuchó gritar.

De pronto, un pibe en patineta pasó por entremedio de nosotros y nos empujó sin intención, haciéndonos caer.

Solté un pequeño grito ahogado, y cerré mis ojos, pero algo amortiguó mi caída. Mejor dicho, alguien.

— ¡Ay, la puta madre! — Se quejó el chico debajo de mí.