CAPÍTULO 1.

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Al dirigirse a la entrada de la mansión roja, observó que esta estaba decorada con decenas de arcos y columnas. Rodeaba la mansión un gran patio con cientos de flores de todo tipo, incluso algunas juraría que no parecían reales, tenían colores muy llamativos y los pétalos tenían formas y tamaños muy diferentes entre sí, no podía dejar de observar las dichosas flores.

También se fijó en los árboles enormes, destacando en ese hermoso jardín. Eran tan altos y voluptuosos que pensó que no serían de su zona, sino de una más tropical. Los árboles le daban la sombra y frescura necesaria para poder llegar al gran portón sin tener que entrecerrar los ojos por el Sol.
Sus rizos, de hecho, se movieron con la suave brisa.

Caminó hacia unas escaleras marrón oscuro que daban a la entrada de la gran puerta de la mansión. Estaba dispuesto a tocar al timbre, pero cuando hizo el amago de levantar la mano hacia el interruptor, la puerta se abrió sola, haciendo que Harry retroceda unos pasos.

Miró hacia dentro. Una mujer con un largo vestido negro y tacones de aguja se acercaba apresurada, Harry no entendía cómo no se cayó caminando acelerada con tremendos tacones. Cuando la mujer estuvo a escasos metros de él, lo miró de arriba abajo, haciendo que se sintiera intimidado.

—Te esperábamos, joven —la mujer se hizo a un lado y Harry entró, haciendo ruido con las ruedas de su maleta en el parqué—. Esta es la residencia White —la mujer empezó a caminar con Harry detrás— aquí aprenderás a controlar tu Don, evitando que se repita lo que te ocurrió el otro día. Yo soy Mery White, mi familia ha cuidado este refugio y a sus residentes durante siglos. Aprenderás historia también, sobre todo de tu ascendencia —subieron unas escaleras de mármol oscuro—. Ahora mismo contamos con veinte alumnos sumandote a ti, eres el quinto hombre de la academia.

—¿No era una residencia?

—Ambas cosas, dado que también aprenderás se convierte en una academia residencial, ¿no? —Harry se encogió de hombros— Como sea, compartirás habitación, espero que no te suponga un problema. Tu compañero es un tanto... Irascible, se enfada con facilidad, pero no tenemos más habitaciones libres —frente a la escalera se encontraba una puerta blanca, igual que toda esa planta, hacía gran contraste con las escaleras. La mujer abrió la puerta, dejando ver a un chico moreno de ojos azules dentro— Louis, este es Harry, ponte cómodo, la cena es a las nueve. Louis, se amable, debo irme.

—Hey, aguanta ahí, pensé que era broma lo del compañero de habitación —a Harry le hizo gracia su voz aguda.

—Ya ves que no, ponle al corriente de todo —la mujer se fue antes de que Louis pudiera reprocharle algo más

—Deja en paz mi voz.

—¿Cómo...?

—Clarividencia.

La habitación tenía tres paredes de color blanco sucio y la cuarta, la cual era donde reposaban los cabeceros de las camas, era gris. Habían dos camas separadas a un metro, un armario, dos escritorios y una puerta cerrada a su izquierda, al lado del armario. Harry quería llevarse bien con el chico así que intentó ser ocurrente.

—¿Esto es en plan Hogwarts?, tipo, ¿en cualquier momento entrará un señor con más años que el Sol y gritará ¡Cien puntos para Gryffindor! O algo así? —Louis rió y negó con la cabeza.

—Tu cama es la de la izquierda, mi lado del armario es el de la derecha —señaló la puerta cerrada que Harry miró antes— el baño, cuando cagues echa perfume... ¡Niall entra de una vez, tus dudas me ponen nervioso!

La puerta se abrió de repente, azotando la pared, un chico rubio entró, probablemente tendría unos 18 años.

—Como me vuelvas a hablar así te colgaré de la antena parabólica, Tomlinson.

WITCHER ||L.S||Where stories live. Discover now