De repente, el gimnasio estalló en aplausos, mi nombre siendo gritado por varios de los estudiantes. Me volví un poco y los salude, sintiendo que podía morir de la vergüenza en ese mismo instante.

-Nuestra escuela sufrió una gran tragedia, todos saben eso - continuó deteniéndose frente a la mesa e inclinándose en ella-. Se hicieron algunas malas decisiones y por desgracia, hay algunas consecuencias permanentes debido a ello.

Oh Dios mío. Pensé que iba a morir.

-Aris -El Director Petersen se dirigió a mí directamente-. En realidad esta es la segunda asamblea que hemos tenido en dos semanas. Todo el cuerpo estudiantil dirigió la última. Me gustaría pedirle a nuestro presidente del cuerpo estudiantil, Zora Hamilton, que suba y te informe sobre lo que se habló en la última.

Oh no...

Realmente iba a morir.

Zora se concentró en bajar por las escaleras, sus tacones resonando con cada paso que daba. Esbozó una sonrisa mientras nos pasaba a Dest y a mí, y tomó el micrófono del Director y procedió a dictar su discurso, supongo, preparado.

-Aris -dijo, mirándome directamente-. Lo qué pasó es más allá de trágico. Y en realidad, todos somos culpables de lo que te pasó. Como miembro del cuerpo de estudiantes, todos admitimos que tenemos un problema. Viviendo en una isla pequeña con, seamos sinceros, básicamente nada que hacer en esta época del año, con demasiada frecuencia recurrimos al alcohol para mantenernos entretenidos.

Oí a un montón de gente retorciéndose mientras Zora hablaba. Me pregunté si todo el mundo en la fiesta de Jake había admitido estar allí.

Prácticamente todo el mundo en la escuela bebía de vez en cuando en las fiestas.

-Pero con todo lo que te ha pasado, nos hemos dado cuenta de que tenemos un problema. Y no queremos ver incrementar esto hasta que pase algo peor. Con lo horrible que fue tu accidente, podría haber sido mucho peor.

Miré por encima del hombro a los estudiantes detrás de mí. Me sorprendí al ver que varias chicas tenían los ojos enrojecidos, un montón de chicos estaban asintiendo con la cabeza inclinada hacia adelante, pendiente de cada palabra que decía la cabeza del cuerpo estudiantil.

-Todos hemos hablado, y estamos dispuestos a renunciar a ello. Todas las bebidas alcohólicas, todo el alcohol -continuó Zora, sus ojos pasando sobre el cuerpo estudiantil. Me sorprendió que sus rostros reflejaban lo que ella decía-. Estamos listos para hacer una promesa de no beber más, nunca, este año escolar.

Agarró uno de los papeles de colores fuera de la mesa y lo sostuvo en alto. -Estoy pidiéndole a todos que firmen conmigo. Para no volver a beber, y no dejar que otra tragedia como esta vuelva a ocurrir nunca más en nuestra escuela. Hay lapiceros aquí y un poco de cinta. Vamos a ponerlos en la pared en el área común como recordatorio de nuestro compromiso.

Nadie se movió por un momento, todo el mundo esperando a que alguien diera el primer paso. Y luego Destinity se puso de pie y caminó hacia la mesa. Agarró un compromiso de color verde brillante y escribió su nombre en letras grandes y gruesas. Cogiendo un trozo de cinta, se dio la vuelta y me miró.

Me puse en pie y me acerqué a la mesa. Apenas mirando a Zora, cogí un papel azul, puse mi nombre, y cogí un trozo de cinta. Oí una masa de pies detrás de mí y me volví para ver el cuerpo estudiantil completo bajando las gradas.

Estaba con Dest a un lado y vi como todos y cada uno de ellos firmó su nombre en el compromiso. Todos me miraron cuando terminaron.

Muchos decían cosas como:

-Lamento lo que sucedió.

-Me alegro de tenerte de vuelta.

-Gracias por la llamada a la realidad.

Y entonces, como un cuerpo de estudiantes, todos nos presentamos fuera del gimnasio dentro de las áreas comunes. El profesor de Gobierno de los EE.UU., el Sr. Butler, se detuvo en lo alto de una escalera. Uno por uno, cada uno de los estudiantes le entregó sus promesas y las pegó a cada lado del pasillo que daba a las áreas comunes. Con Zora dirigiendo en dónde ponerlos, las pegó. Sería lo primero que todo el mundo vería cuando entraran por la puerta principal todos los días.

Al mirar alrededor a mis compañeros, me sorprendí al ver que realmente lo querían cuando firmaron el compromiso. Lo vi en cada una de sus caras. Estaban realmente sentidos por lo que me pasó.

Sabía que un montón de ellos realmente no mantendrían la promesa el año entero. Pero esto era un paso. Verdaderamente estaban dispuestos a intentarlo. Al menos por un tiempo.

Fuera de todo lo malo que había pasado en las últimas semanas, al menos algo bueno había salido de esto. Tal vez con lo que me había pasado, pude evitar que algo peor le sucediera a alguien más.

Mute (En Edición )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora