Capítulo 20

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— ¿Listo para irnos a casa? — dos semana después, Perth y Saint se encontraban en la habitación de hospital guardando la poca ropa en un pequeño bolso.

— Listo — Saint comenta con una sonrisita cerrando el bolso, ya feliz para irse después de que esa misma mañana, Yacth le diera el alta.

Aunque Perth no quería, no le parecía buena idea que saliera tan pronto del hospital, pero incluso Yacth, le había dado el visto nuevo, para una herida como esa Saint estaba bastante bien, y como James se quedaría con ellos, entonces él se encargaría del paciente en casa.

Y a Perth no le quedo de otra más que aceptar a regañadientes claro. Lo bueno es que ya podía estar de pie y caminar estirar el cuerpo, con un poco de esfuerzo, pero estaba bien y eso era lo más importante.

De camino a casa después de pelearse con Perth porque quería que saliera en silla de ruedas, cosa que a Saint le pareció exagerado, sin embargo, al ver las sonrisas y mirada del personal de hospital tuvo que aceptar con la cara roja de la vergüenza. No decidió discutirle mas cuando lo cargo en brazos y lo ingresó a la camioneta, Saint lo notaba cansado, y con el semblante un poco apagado, llevaba algunas ojeras bajo de sus ojos, las misma que le había visto quince días atrás cuando despertó después del atentado.

El ambiente esta silencioso, pero cómodo y cálido, Alex manejaba en una velocidad calmada, Perth a su lado no le quitaba la mirada de encima, él estaba a un lado de Alex, y Saint en la parte de atrás junto con James, que había decidido acompañarlo en el hospital toda la mañana antes de salir de ahí.

Y aun cuando el suceso había pasado por casi un mes, Perth le confesó que por mas que el agente hacia todo lo posible, no habían encontrado nada, solo un par de cámaras donde no se veía mas que todo borroso, lo que era extraño por que aquello había ocurrido en plena luz de día, los mismo testigo decían lo mismo; no logré verle el rostro, solo se veía el arma en la ventanilla, el auto no tenia placas.

Y Perth estaba desesperado, tanto por eso, como por el hecho que iban detrás de él. No era algo que se lo hubiera confesado el mismo Perth, pero vamos, no tenía que ser un experto para atar cabos, la estricta vigilancia en el hospital no dejaba que nadie lo visitara aparte de Alex y James. Incluso hacia mas de casi un mes no veía a León.

Perth se mostraba, tan trasparente cerca suyo, que incluso podía ver todas sus preocupaciones, después de confesarse, Saint ya no veía aquella expresión estoica siempre, seria o sin emoción, Saint podía ver perfectamente cuando Perth estaba enojado desesperado, angustiado, preocupado. Cuando era sincero. Podría verlo todo incluso cuando decía que estaba bien y Saint sabia que no era cierto.

Y aunque amaba ver todo aquello, que Perth le mostrara todo de él, no quería ver aquellas expresiones tan dolorosa, le partía el corazón.

— Dios Sammy. — la voz de James llena el silencio en aquella camioneta cuando vociferó

— ¿Qué pasa? — cuestionó Saint dándole una mirada.

— Mi hermana Samanta — aclaró — la estoy llamando hace como tres días y no contesta el celular, quiero preguntarle por mamá y papá.

— ¿Y porque no los llamas a ellos?

— Lo hiciera, pero ellos odian la tecnología dicen que están ya demasiado viejos para estar aprendiendo como contestar una llamada, — río — con decirte que les regalamos un celular a cada uno para Navidad y lo donaron a la caridad. — James rodó los ojos y volvió a marcar.

— Samanta por Dios ¿por qué no contestabas el celular?, llevo 3 días llamándote ¿sabes lo preocupado que estaba por ti?

¡¿Enserio estabas preocupado por mi James?! — a pesar de no tener el altavoz la voz a través del celular era lo bastante fuerte como para que todos en aquel auto escucharan.

Eres Mío Pequeño Vol.1 [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora