𝓒𝓱𝓮𝓻𝓻𝔂 _31minutos_

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Supo que había acabado el programa cuando escucho el 3er timbre.

Entró de nuevo para poder recojer el casco de su motocicleta y poder retirarse.
Más en cambio sólo noto una silueta moviéndose en los pasillos del canal apresuradamente en círculos. Más tarde divisó quien era.

-vaya vaya vaya... ¡Pero si eres tu el hombre del millón! - Bodoque llamo se atención de modo que Tulio se volteo y le miró desconcertado.

-Crei que te habías ido. - Tulio le miró con la mirada algo perdida, con el rostro desconcertado, y su pensamiento seguramente vagando entre estrellas.

-Pues no, regrese para joderte desde el infierno. - dijo en tono burlon para después mirar con jugueteo a él peligris.

-¡Claro claro!, claro que si conejito. - se acercó a Bodoque, retiro su gorro y revolvió su cabello suavemente provocando un cosquilleo en el estómago de Juan Carlos. Pero algo no andaba bien...
Subió su mirada y le vio, sus ojos estaban rojizos y su cara algo roja, su semblante estaba melancólico, solo había una pequeña sonrisa la cual estaba triste. Algo estaba realmente mal.

-¿te sucede algo? - Bodoque tomó la mano que estaba en su cabeza y la tomó entre las suyas haciendo que el contrario sonriera un poco más pero está vez sus ojos estaban acuosos.
Le miro tiernamente a los ojos intentando transmitirle un poco de confianza.

-¿Eh? Ah no no no... -Triviño sacudió su cabeza un poco y con la mano suelta limpio sus ojos, se había perdido,no en sus pensamientos, sino en los ojos rojizos de Juan Carlos, le pareció extraño pero quizás era porque estaba algo sensible, también eso explicaba porque no quería quitar su mano de la prisión del pelirrojo - Esta esta bien... No pasa nada. - pero solo no quería zafar su mano.

Permanecieron unos segundos en silencio, silencio que por extraño que fuese no era incómodo, de hecho era uno que te hacía sentir algo completamente reconfortante.

-Por cierto... Tengo que preguntarte algo...¿puedo? - Bodoque miro con curiosidad a el de traje y miro con curiosidad.

-claro claro no hay problema. - asintió y correspondio a la pregunta aunque internamente tenía miedo

-okey tenemos que pasar a tu oficina, es necesario. - Bodoque tomó más fuerte la mano de Tulio y lo dirigió a su oficina, algo internamente dentro de los dos les agradaba el tacto del otro. Algo quería que ese momento permaneciera así,para siempre.

Pasaron a la oficina blanca de tulio y ambos tomaron asiento.

Bodoque suspiro y siguió.

-Verás... He encontrado un... Unas cartas. - No sabía ni siquiera como mencionarcelo pero tomó valor de donde no tenía y prosiguió - Con tu nombre escrito en ellas y bueno... Se que son tuyas, o al menos para ti.

-¡Yo no las coloque en la pared! - en ese momento, sintió un crujir en su pecho, algo que se había destrozado.
Lgo que simplemente le hizo sentirse devastado. Había sido el.
El, y nadie más que el.

Creia que quizás fueron los tramoyas, o quizás... Quizás... Alguien más...

-fuiste tu.... - su voz se apago y su pecho se sintió un peso muy fuerte, un nudo se hizo presente y fue ahí que supo que todo su ser se había enamorado incorrectamente.

-¿que? ¡No! - Tulio se puso pálido, su piel se torno aún más pálida y sus mejillas se volvieron rosadas. Sus ojos parecían salir de sus cuentas y su mente se hizo marea,como demonios.... Pero sobre todo, porque se sentía culpable si en 1ra Bodoque ni había escrito las cartas aunque le hubiera gustado, y 2da jamás había mencionado tal cosa frente a él.