𝕀𝕥'𝕤 𝕒 ℍ𝕒𝕣𝕕 𝕃𝕚𝕗𝕖

✨ 𝔻𝕠𝕤 ✨

– ¿Entonces me estas diciendo que... Si no sacas un disco antes de que termine el año te van a demandar? –

Brian no dijo nada, solamente asintio, sin querer ver al rubio, sin querer que el rubio viera la mierda de persona en la que se había convertido.

Roger lo pensó por unos segundos, para después suspirar.

– Bien... Te voy a ayudar – Comento buscando algo entre sus bolsillos – No tengo mucho, pero aquí tienes – Dijo estirandole un papel con la letra de una canción en esta – La escribí para Dom, iba a ser un regalo para nuestra boda, pero no creo que realmente le moleste – Comento con una pequeña sonrisa.

Brian simplemente se encogió en su lugar y asintió.

Roger era realmente feliz, todo lo contrario a él.

– ¿Estás seguro de esto...?, Es decir... La escribiste para... El amor de tu vida – Murmuro, sintiendo un vuelco en su pecho.

Roger miro al rizado por unos momentos, suspiró un poco, para después levantarse.

– Puedes venir mañana, iremos con Freddie y John, tal vez ellos también pueden ayudar – Comento, para después sonreírle un poco.

– Muchas gracias Roger – Murmuro devolviéndole la sonrisa.

Después de esa tarde, se vinieron más encuentros, más que nada profesionales.

Brian siempre llegaba tarde, y era el primero en irse, por lo usual solía irse de ahí cada que veía comportamientos románticos entre Dominique y Roger.

Algunas veces, cuando su humor no era el mejor, al subir a su auto antes de irse, publicaba algunas cosas en sus redes sociales, le entristecía saber que se estaban olvidando de él al no ver los mismos likes o comentarios de antes, apenas y llegaba a los cincuenta comentarios.

Se comparaba a si mismo con otros artistas, y se sentía peor al ver cuánta atención les daban.

Y otras pocas veces, al llegar a su casa, hacia ciertas cosas para poner su vida en riesgo, buscaba cómo quitarse la vida.

Sentía que ya nadie se preocupaba por él, ni siquiera Roger.

Oh Roger... Cuánto daño físico y mental le había ocacionado... Ahora se arrepentía de todo lo que le hizo.

Se arrepetia de todas esas veces que lo golpeó y lo humilló, de haber sido tan celoso, ahora quien estaba solo era él y no Roger.

Cómo siempre debió ser.

Tal vez Roger nunca hablo de los tratos que tuvo con Brian, pero todos tenían sus teorías, esa es otra de las razones por las cuales también la prensa y los fans -que ahora no eran siquiera oyentes de su música- se alejaron de él.

Lo tenía muy bien merecido.d

Esa tarde también salió temprano, se quedó unos minutos pegado a la puerta, y escucho todo lo que decían.

– Es un imbecil, todavía que tú le ayudas y él se va, no dejes que pase otra vez, si sigue así, tu quédate con el trabajo, Brian apenas si aporta con las letras – Comento un Freddie algo enojado.

– Si sigue así, ni lo dudes, no me importa si lo meten a la cárcel por mi culpa, es un imbecil – Respondió él rubio, con cierta molestia en su tono de voz.

Brian decidió no seguir escuchando y se fue a su auto. Camino hacia el estacionamiento y entro a su auto, para después sacar su celular y publicar un par de cosas, por algunos pocos minutos.

Saco de la guantera un pequeño cuaderno, comenzando a ojearlo, todas eran letras de canciones que escribió desde que Roger se fue de su vida. Todas y cada una de ellas, letras que estaban de los dos lados de las hojas, esa libreta repleta de canciones, hasta la última hoja.

Suspiró con cierta tristeza, para después lanzar el cuaderno por la ventana de su auto, para después arrancar este mismo y marcharse.

– Soy un imbecil... No debería siquiera estar aqui – Murmuro para si mismo, con un pequeño nudo en la garganta y un fuerte dolor en el pecho.

Sentía que ya nadie podía ayudarlo a ser feliz, ni siquiera la música, ni la astrofísica...

Perdió completo interés de seguir pocos meses después de que Roger se fuera de su lado.

No tenía a nadie a su lado, nadie que le recordara que la vida no es del todo una mierda. Y la única persona que podía ayudarlo, ahora lo odiaba.