Quiero darte un beso

La dejo cinco minutos y...

Estuve tentado,pero ella luego se enfadaría y no quise correr riesgos.

Así que decidí irme para no cagarl*,le besé la cabeza como único consuelo.

Cogí mi cámara para guardarla ya que estábamos a punto de aterrizar y había estado haciéndole fotos a Lydia y a mis hermanos.

La primera foto que había sacado fue de ella,como es natural,ya que me la había regalado.

El día de Navidad estuvo muuuy bien.Se podría calificar como las mejores Navidades que he tenido.

Bueno,bastante mal al principio,porque casi me da algo,creo que estuvo cerca de que me diese un infarto:

Volvimos a ir a la pista de esquí,para hacer snowboard,cosa que no sabía que tenîamos en común,lo hacía bastante bien la verdad.

Supongo que vendríamos despistados y no escuchamos que alguien se nos acercaba por detrás,pero algo se chocó conmigo y se quedó agarrado a un árbol.

Arianne decidió ir a ayudarla y maldita la hora en la que la dejé ir.

La chica a la que intentaba ayudar estaba loca y en un acto impulsivo empujó a Arianne ladera abajo.

Casi se me para el corazón y pegué un grito como si eso fuera a yudarla.

Le grité a la chica que se sentase y se estuviese quieta de una vez,me hizo caso mientras yo empezaba a entrar en pánico.

Oí vagamente como la chica gritaba por ayuda,pero yo ya no era conciente.Me saqué la tabla y corrí mientras intentaba no resbalarme a por ella.

Arianne había saltado bien,pero le había caído encima toda la nieve acumulada en esas rocas y ahora no la veîa.

La nieve no era mucha,pero era suficiente como para ahogarla.

Comencé a llamarla desesperado,cuanto más tiempo pasaba peor me ponía yo.

Tenía un nudo en la garganta y el corazón me latía rápido,muy rápido.

Comencé a buscarla con ansia,pero no la encontraba.

Vi su gorro y decidí buscar cerca de allí.

La nieve se me hacía eterna,oía los gritos de los guardas y los paramédicos que me llamaban,pero yo solo veía a Arianne con sus mejillas rojas porque he dicho algo que la avergonzó o riendo por mis chistes malos.

La encontré cuando estaba a punto de echarme a llorar.

Y en ese momento me di cuenta,de que me daba pánico pensar en no volver a verla,me daba relamente pánico estar diez minutos sin ella.

No se bien que le dije,tan solo pude hundirme en su cuello,mientras sonreía y lo único que quería era besarla,por enésima vez ese día.

Le hiceron algunas pruebas para ver si se había roto algo,pero yo lo único que quería era romperle las piernas a la loca de los esquís que nos había metido en esta situación tan frustrante.

Arianne apenas se movía,se dedicaba a tiritar y a sonreirme levemente.

Sus padres estaban como locos y ya ni hablar los míos y todos nuestros abuelos.

La sala de espera se había llenado solo con nuestras familias.

Yo todavía no quería separarme de ella y conseguí convencer junto con la ayuda de Arianne y de los médicos a todo el mundo para que se fuese a casa para acabar con los preparativos para la cena de Navidad.