—¡Aegea cuidado! —Gritó Peter al ver que una de las rocas aventadas por Potter le rozó a Aegea en su brazo izquierdo.

—¿Eh? ¿Aegea?—Potter tardó en reaccionar. —¡Oh por Merlín! ¡Lo siento mucho, Aegea! ¿Te lastime? ¿Estás bien? Ya vengo, voy a llamar a Poppy.

De no ser por el jalón de camisa que Remus le dio a James, este habría seguido caminando y parloteando.

—James, estoy bien, no tengo nada. —Aegea rio. —Gracias por el aviso, Peter. Te debo una. —Peter sonrió hacia la chica en respuesta.

—¿Qué te trae por aquí, Aegea? ¿Addy me extraña pero no quiere decírmelo para no verse débil? —Sirius la interrogó.

—¿Qué? No, no lo sé. Tal vez deberías ir a verla tú mismo, es tu novia. En fin, estoy aquí para...

—Ver a James seguro. —Sirius completó moviendo las cejas de arriba a abajo.

—No, de hecho quería hablar con Remus.

—¿Eh? ¿Conmigo? —Remus se extraño pues pensó que la visita era para su amigo de lentes.

—Sí, ¿te parece si caminamos un rato mientras hablamos?

Remus asintió y junto a Aegea comenzó a caminar por los pasillos desiertos del lugar. Cuando estuvieron lo suficientemente alejados del lugar y Remus se verificó que los chicos no los estuvieran siguiendo con la capa de invisibilidad, alentó a la diosa a que hablara.

—Verás, ¿recuerdas el incidente con Lily el día del baile? —Aegea preguntó temblorosa y Remus asintió. —Yo realmente me siento mal por eso y quiero pedirle disculpas a Lily, le di su espacio aunque no sé si ella quiera hablar o no conmigo. Adoro a Lily, pero como amiga. Addy me dijo que tú te llevas ahora bastante con ella y quería saber como estaba.

Remus suspiró.

—Pues... al inicio estaba devastada, llegó a sentirse hasta avergonzada de su sexualidad y...

—Merlín, no puede ser. —Aegea interrumpió a Lupin y luego se disculpó.

—Como te decía, se sentía muy avergonzada, temía que la molestaran y así. Además de que siente que perdió tu amistad y la de Addy.

—Pero claro que no, Addy y yo siempre nos preocupamos por ella, ¿crees que si voy y le pido disculpas ella quiera hablar conmigo?

—Mm... creo que sí, no es como que te guarde rencor, creo que se siente culpable por arruinar su amistad.

—Gracias por resolver mis dudas, Remus.

—De nada, Aegea.

Aegea se despidió del chico y salió casi corriendo en busca de cierta pelirroja. Remus solo regresó donde sus amigos, quienes ya no estaban ahí. Así que se dirigió a su sala común, donde probablemente estarían terminando de hacer sus travesuras.



. . .



                     EN LA SALA COMÚN DE LOS LEONES, los merodeadores cargaban sus baúles buscando ya como huir del lugar. Ciertamente, a James lo estaba matando la curiosidad por saber que fue lo que hablaron Remus y Aegea. De vez en cuando le daba miradas largas a su amigo tratando de identificar alguna expresión inusual en él pero nada pasaba.

GODDESS,   james potter.Where stories live. Discover now