xxii. your inner gryffindor

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—Escucha, sobre el otro día... —James comenzó una vez Adelaide se marchó.

—Es mi culpa y lo siento. —La griega sintió una patada a su orgullo en cuanto pronunció esas palabras. —Estuve mal y lo admito, tienes todo el derecho de estar enojado, lo lamento.

—Acepto tus disculpas, pero también yo tengo culpa por hacerte sentir obligada a decirme las cosas cuando cada quien decide si hacerlo o no.

—No te preocupes por eso, James.

Potter sonrió causando que la griega también sonriera.

—Entonces... ¿estamos bien? —Preguntó el chico.

—Claro que sí.

James pasó su brazo por los hombros de Aegea y juntos de largaron del gran comedor para ir a buscar a sus otros amigos.

. . .


LLEGANDO A EL CAMPO DE QUIDDITCH, Aegea miraba a Adelaide refunfuñando por culpa de cierto pelinegro sentada en las gradas del lugar. Remus miraba llegar a Aegea y a James a lo lejos abrazados y se alegró por ver que la amistad del león y la griega seguía intacta.

Remus saludó a la diosa quien le devolvió el saludo alegremente. James fue por su escoba para comenzar a practicar con el equipo de los leones y Sirius volaba por todos lados sin cuidado para molestar a Adelaide.

—Ojalá se quiebre el cuello. —Murmuró la italiana. —Mentirita.

—¿Se arreglaron? —Preguntó Aegea a Remus refiriéndose a la rubia y a Black.

—Sí, pero no. —Comentó Remus dejando a la griega confundida. —Odio cuando se pelean porque ambos se ponen insoportables.

Aegea y Lupin siguieron conversando mientras la práctica de Quidditch de Gryffindor se llevaba a cabo. Una vez terminó el entrenamiento, James y Sirius se acercaron al grupo. Sirius trató de darle un beso a su novia pero esta se apartó causando que Sirius diera el beso en el aire.

James se sentó al lado de Aegea. Traía el cabello alborotado por el viento, más su uniforme de Quidditch y se veía bastante atractivo para el gusto de la diosa. La cercanía entre ambos hacía que la griega se pusiera un tanto nerviosa y James disfrutaba de la situación.

—¿Segura no quieres ir a dar una vuelta en mi escoba? —Le preguntó el de lentes a Aegea.

—Eso es una trampa mortal. —Señaló la griega.

—Trampa mortal fue la competencia que tuvimos con tus primos en tu casa. —Dijo Sirius y Aegea rodó los ojos divertida.

James siguió insistiendo, molestando a la diosa con que era una gallina y a la vez imitaba los sonidos de dicho animal hasta que logró cansar a la chica.

—¡Bien! Lo haré, pero si me quiebro un brazo, ustedes le darán explicaciones a Minnie. —Amenazó Aegea.

—¿James, por qué no te subes con ella? Así hay menos riesgo de que se caiga. —Sugirió Peter, quien recién llegaba.

Aegea miró con ojos aniquiladores a Adelaide y Peter quienes chocaban los cinco por la idea del merodeador.

—¿Te molesta si subo contigo, Gea? —Preguntó James.

—No, sube. —Contestó la griega en voz baja.

James subió frente a Aegea y la chica pasó sus manos por la cintura del león causando escalofríos en el cuerpo este.

—¿Lista? —Preguntó Potter, pero su amiga no pudo ni contestar puesto que arrancó inmediatamente a toda velocidad y se elevó.

—Por Merlín, Rowena, Godric y el resto de los fundadores. —Dijo la griega elevando un poco la voz y von los ojos cerrados causando la risa de James.

La risa de James.

Sonaba tan linda para Aegea quien inconscientemente también sonrió.

—¡Abre los ojos, Gea!

—¡No puedo! ¡Siento que me voy a caer!

—¡No te vas a caer! ¡Saca a tu gryffindor interior!

Aegea murmuró unas palabrotas en griego antes de abrir los ojos y cuando los abrió se encontró sobrevolando el bosque junto a James.

—¿Es agradable, verdad? —Le preguntó Potter a la chica.

—Es hermoso.

El agarre de la chica se había debilitado puesto que el miedo iba desapareciendo poco a poco. Ambos tenían una sonrisa de felicidad plantada en sus rostros y reían constantemente por alguna cosa que veían o decían.

—¿Te parece si bajamos aquí? —James se refirió a un lugar lleno de árboles y con un terreno verde que tenía vista al lago.

—Claro.

Ambos bajaron de la escoba y se acostaron en la grama a la par del otro.

—En todo caso de que haya un baile de Halloween... —James habló llamando la atención de la griega. —¿Te gustaría ir conmigo?

Aegea miraba a James a los ojos y este admiraba lo linda que era la griega, desde sus ojos color miel hasta el más mínimo detalle como el pequeño lunar con forma de media luna que tenía en el cuello.

—Claro que sí, James, me encantaría.

Los dos sonrieron y se quedaron platicando un rato más en el lugar hasta que anocheció y las estrellas brillaban permitiéndole a la griega señalar constelaciones.

Para James se miraba tan linda señalando diferentes constelaciones emocionada de encontrarlas. Se quedó hipnotizado viéndola por un momento que ni notó cuando sus amigos los buscaban y cuando Sirius aventó una pequeña roca en dirección a su cabeza.

—¡Oigan! ¡Minnie los está buscando! ¡Dice que más les vale regresar antes que se acabe la cena! —Gritó Peter a lo lejos ya que el lago los separaba.

—¡Ya vamos! —Informó Aegea y se levantó del suelo con ayuda de James.

Aegea tomó la escoba y se la tendió a James con ganas de volver a subirse, James sonrió por el entusiasmo de la chica y una vez montados se dirigieron al castillo.






Aegea tomó la escoba y se la tendió a James con ganas de volver a subirse, James sonrió por el entusiasmo de la chica y una vez montados se dirigieron al castillo

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otro cap, amo octubre y por eso ando inspirada
nos leemos,

nelly.

GODDESS,   james potter.Where stories live. Discover now