𝐂𝐀𝐏 𝟑𝟐

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16:35 hrs.

Abrió la puerta de su departamento, tirando las llaves sobre un esquinero y colgado su chaqueta en los ganchos de la entrada. Peinó su cabello hacia atrás soltando un bufido antes de dirigirse a su dormitorio.

Quedaban pocas horas para el cumpleaños de Ten, por lo que —según sus cálculos y considerando su indecisión sobre sus atuendos— ya debía comenzar a prepararse. A pesar de lo agotado que se sentía por las clases en la universidad, consumidoras de cualquier energía viviente, ciertamente la próxima celebración de aquella noche le levantaba los ánimos. Poder ver a Ten y a TaeYong de nuevo le alegraba, más de lo que se permitía demostrar.

Su mente traicionera —y sumamente enamorada— evocó la memoria de JaeHyun, haciéndole sonreír como un bobo. También le vería a él. Desde aquel día en su departamento, en el cual decidieron ser "algo", habían estado compartiendo mucho tiempo juntos, lo que le hacía enormemente feliz. Poder estar con JaeHyun, sin un contrato de por medio, se sentía magnífico.

Sus pies se detuvieron en el umbral de su cuarto, cuando vió a HyunJin sentada en su cama, con la mirada enfocada en él, como si hubiera estado esperándole. DoYoung esbozó una sonrisa hacia su hermana, albergado por el desconcierto que le causaba su inesperada presencia.

—¿Desde cuándo estás aquí? Creí que estabas con mamá —expresó entrando a su dormitorio. Revolvió cariñosamente el cabello de la pequeña y fue hasta su armario, para buscar qué ropa ponerse—. ¿Y? ¿Cómo estás? ¿Mamá está bien?

—¿Mamá?... Oh. Mamá está bien —respondió bajito, soñando un tanto ausente en la conversación míseramente entablada. DoYoung normalmente hubiera captado la sutil diferencia que presentaba su hermana al hablar, más su instinto de hermano mayor se hallaba opacado por la emoción desbordante de la reunión de aquella noche.

Su armario era un desastre; lo que resultaba obvio. Tiró un par de prendas al piso para rebuscar hasta el fondo del mueble, sacando más prendas aún si es que era posible, y categorizándolas por formal, informal y "ropa decente para la cena". Una camisa amarilla y una camisa azul estaban en disputa. Complicado.

—Mm... ¿puedes ayudarme? —le pidió a HyunJin, cogiendo las respectivas camisas, una en cada mano—. Tengo una cena más tarde y necesito tu opinión. ¿Debería ir con la azul o con la...?

Las palabras se estancaron en su garganta tras voltearse hacia la chica, observando aterrado las lágrimas silenciosas que corrían por sus mejillas sonrosadas, con las manos temblando sobre su regazo. Las camisas se resbalaron de su agarre hasta alcanzar el suelo y un latido pasó, antes de que DoYoung corriera a envolverla en un abrazo apretado y cálido.

Nunca lloraba. Jamás. Siempre mantenía una expresión serena e inquebrante, parándose firme ante cualquier adversidad. HyunJin había madurado antes que él, responsabilizándose de cierta cosas de las que ella ni siquiera debía preocuparse a tal edad. Con lo que odiaba verla siempre reprimiendo sus emociones, ahora se preguntaba por qué sentía más rabia e impotencia al verla llorar expresándolas.

—H-HyunJin, ¿qué ocurre? —Su corazón se rompía con cada espasmo del menudo cuerpo que sostenía, sin saber cómo detener el llanto desconsolado de la menor—. Por favor, dime algo. ¿Alguien te dañó? ¿Te asaltaron? ¿Te peleaste con mamá?

—DoYoung —jadeó su hermana, sonando vacía y rota. Las manos delgadas y débiles se aferraban inútilmente a su camisa.— Pasó algo.

—¿Qué? ¿Qué pasó, pequeña? Háblame —pidió. Adolorido por no encontrar la forma de calmarla, de traerle paz. Acarició la espalda de la pequeña y un nudo se formó en su garganta, cuando HyunJin se distanció, lo suficiente para verle el rostro.

'RENT A BOYFRIEND' ─JAEDO Where stories live. Discover now