Cap. 12: Confundidos y asustados

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Wei estaba completamente mojado, por alguna razón no le incomodaba, escuchó de nuevo el alboroto del otro lado del palacio, pero se estaba tan bien así que no se molestó en adentrarse y buscar a Ling, ahora tenía claro que había que hacer para terminar con ese sentimiento que comenzaba a mortificarle, sólo había que concentrarse y...

— Wei— Llamó desde la sima de las escaleras el emperador — Wei ¿Por qué estás ahí? Te estas mojando — Ling comenzó a preocuparse, el castaño no respondía y tenía la cabeza gacha, tal vez... le había ocurrido algo, tal vez los sirvientes le habían hecho algo...

— ¿WEI ESTAS BIEN?— No importaba si se mojaba de nuevo, el emperador apenas bajó algunos escalones. Wei salió de sus pensamientos, notó que el emperador se acercaba...

— ¡NO TE ACERQUES! — Ling palideció de pronto...los recuerdos confusos volviendo a su mente...

*No te acerques, no me toques

*Idiota no me toques

*Estabas furioso, y llore, y te llame, nunca llegaste, te burlaste mi con él, no me enseñaste como y te enojaste porque no lo hice bien...todo fue un sueño y yo ya no soy real, no me toques no te atrevas a tócame, no, no, no...

— ¡NO TE ACERQUES!, está lloviendo y vas a mojarte— Wei se viró para poder mirar al emperador, tan sumido en sus recuerdos — Ling ¿Qué te ocurre, porqué, porqué me miras así?

Lagrimas comenzaron a recorrer las mejillas del emperador

Wei asustado corrió escaleras arriba, hacia el emperador.

Escalones mojados, tela arrastrando entre sus pies.

Lo lógico, lo más esperado; en algún momento un mal paso hizo que Wei resbalara escaleras más abajo y el emperador alargado, después de un llamado estrepitoso se encaminó para ayudarle a levantar.

— Wei fue mi culpa de nuevo perdón... perdón... — Wei comenzó a levantarse sin levantar la mirada, la caída no había sido tan grabe, de su ceja brotaba apenas poca sangre, nada de dolor.

— Que pena...— Dijo sin mirar a los ojos al emperador, estaba avergonzado por su caída pero el emperador sin esperar razones terminó abrazando a su súbdito— Ling mis ropas están húmedas y está lloviendo, no quería que te mojaras.

— No me importa. — Hablaba decidido.

— ¿Por qué actúas así... algo malo ocurrió?

—No nada... nada...— Deshizo el abrazo para mirar directamente a los ojos negros— Todo bien

Wei le creyó.

Ambos, recargándose uno en el otro, entraron al palacio, sin decir más, para protegerse de la lluvia.

Ya los grillos comenzaban con su sonata, en aquella habitación de suelo exageradamente elevado, Wei y Ling sobre las colchonetas de tatami, los dos recargados en la espalda del otro, los cabellos húmedos de los jóvenes mojando su propias espaldas, y la del otro, los dos con la mirada hacia la gran ventana de bordes extraños, ya de noche, no había nada que ver en los alrededores, sin en cambio el cielo nocturno plagado de estrellas.

— He pensado mucho algo y quería decírtelo— De pronto Wei destruyó aquel silencio apacible.

— ¿De qué hablas?—

— Yo...— Wei se acobardo ¿Cómo soltar sentimientos tan de repente? — Quería decirte que — La vergüenza fue aumentando, y el deseo de ver a los ojos al emperador mientras hablaba le invadió de pronto, un movimiento rápido y Ling, que se recargaba en el castaño cayó al suelo de forma cómica— uh perdón

Placeres del melocotón mordido • FINALIZADO |BL|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora